Los tránsitos de Venus son acontecimientos muy poco frecuentes. Tienen lugar 4 tránsitos en períodos de 243 años, con un intervalo entre uno y el siguiente de 105,5 años; 8; 121,5 y 8, es decir, el último fue en 2004 y el próximo no tendrá lugar hasta diciembre de 2117. Y en esta ocasión, Teinteresa ofrece en directo la señal de la NASA que seguirá el fenómeno.
España asistirá al final del tránsito, que comenzará a las 22:04 GMT del 5 de junio (00:04 hora española del 6 de junio) y terminará a las 04:52 GMT (06:52 hora española). Así, el momento óptimo para observarlo desde nuestro país ha sido a las 6:30, informa el Observatori d l»Ebre. Se ve ya cómo Venus sale de la esfera solar. Sin embargo, en nuestro país sólo ha sido visible en la parte noroeste.
Los tránsitos de Venus han jugado un papel importante en la historia de la astronomía. Los científicos y los exploradores, por ejemplo, planificaron grandes expediciones para observar los dos tránsitos ocurridos en el S.XVIII (en 1761 y 1769). Con esta misión se pretendía utilizar el principio de la paralaje para calcular la distancia desde la Tierra al sol.
Según ha informado la NASA, se están utilizando las sondas desplegadas en el espacio para obtener medidas y conseguir la mejor visión del fenómeno. Los expertos señalan que, además de ser un hecho de gran belleza para los astrónomos, también es muy importante para el estudio de Venus.
Recomendaciones para verlo
Aquellos que puedan observar el tránsito en directo deben seguir una serie de recomendaciones si no quieren ver dañada, de manera potencialmente irremediable, su vista. Así, nunca se debe mirar directamente al sol, y usar filtros apropiados para ello. La NASA explica en su página web qué tipo de filtros, entre ellos los cristales de soldador, son apropiados. Asimismo, se puede ver a través de un telescopio que lleve los filtros adecuados.
Otra forma es el sistema de proyección del eclipse, a través de un telescopio, sobre una superficie lisa, una técnica absolutamente segura, según la agencia espacial norteamericana. Y es que Venus cubrirá una parte muy pequeña del Sol y mirarlo directamente puede provocar cegueras.
Retransmisión por internet
La NASA ha señalado que aquellos que no puedan viajar a Estados Unidos, Alaska o Hawaii en los días que ocurra este acontecimiento podrán verlo a través de un canal de retransmisión en vivo que facilitará la agencia espacial. «No son tan impactantes como un eclipse, pero si no hay nubes en el espacio la gente va a estar encantada de la belleza de este hecho» ha destacado el responsable de este proyecto Dean Pensell.
Del mismo modo, la Universidad de Barcelona (UB) ha desarrollado la página web Venus 2012 en donde se podrá ver la transmisión en vivo del último tránsito de Venus de este siglo. El centro ofrecerá el fenómeno desde las islas Svalbard, en el Ártico. La Agencia Espacial Europea también pone a disposición de los internautas toda la información sobre el tránsito y la posibilidad de verlo en directo.
Se han elegido las Islas Svalbard como escenario de la retransmisión porque es uno de los lugares donde el tránsito completo será visible, ya que allí el Sol nunca se pone en esta época del año (el Sol de Medianoche) debido a la alta latitud de la zona (78 grados norte).
Perseguidos desde el siglo XVIII
Los tránsitos de Venus llamaron por primera vez la atención en el siglo XVIII. En aquellos días, el tamaño del sistema solar era uno de los mayores misterios de la ciencia. La distancia relativa de los planetas era conocida, pero no sus distancias absolutas. La respuesta a la pregunta era tan misteriosa entonces como la naturaleza de la energía oscura ahora.
Venus era la clave, según el astrónomo Edmund Halley. Se dio cuenta de que observando el tránsito desde varios lugares de la Tierra debería ser posible triangular la distancia a Venus. La idea impulsó a los científicos que partieron en expediciones a todo el mundo para ver un par de tránsitos en el año 1760. El gran explorador James Cook fue enviado a observar uno de Tahití, un lugar tan ajeno a los europeos del siglo XVIII como la Luna o Marte puedan parecernos a nosotros ahora. Algunos historiadores han llamado a este esfuerzo internacional «el programa Apolo del siglo XVIII».
En retrospectiva, el experimento entró en la categoría de las cosas que suenan mejor que lo que realmente son. El mal tiempo, la óptica primitiva, la natural «confusión» de la atmósfera de Venus y otros factores impidieron a los primeros observadores la recolección de los datos que necesitaban. El momento adecuado para un tránsito tendría que esperar a la invención de la fotografía un siglo después del viaje de Cook. A finales del XIX, los astrónomos armados con cámaras finalmente midieron el tamaño del Sistema Solar como Edmund Halley había sugerido.