Wellcome Trust es uno de los mayores donantes del mundo de la ciencia y hoy ha decidido mostrar su apoyo a una campaña que pretende romper el dominio de las revistas académicas de modo que todos los trabajos de investigación puedan ser difundidos y compartidos por internet sin necsidad de pagar una suscripción.
Casi 9.000 investigadores se han suscrito a la campaña de boicot a las revistas científicas que restringen el libre intercambio de información. Al movimiento ya se le ha dado el nombre de »primavera académica» y quiere ser un instrumento potente para revolucionar la difusión del conocimiento.
La revista »eLife» competirá contra las famosas Science o Nature
La intervención del mayor donante no gubernamental a la ciencia, el Wellcome Trust, podría acelerar el éxito del movimiento, permitiendo la publicación de artículos científicos en páginas digitales en abierto.
El director de Wellcome Trust, Mark Walport, aseguró a The Guardian que su organización está a punto de lanzar una revista científica de aquellas características. Ésta competiría directamente con publicaciones tan establecidas como Nature or Science, referentes mundiales para los científicos internacionales y las revistas en las que todos ellos luchan por ver publicadas sus investigaciones.
A diferencia de las revistas tradicionales, cuyo acceso cada año a las universidades de todo el mundo les cuesta millones de euros, »eLife» será de contenido libre, gratis.
Walport aseguró que la organización está invirtiendo más de 726 millones de euros para lograr que las investigaciones de los científicos al menos estén al alcance del público seis meses después de su publicación. Los investigadores que no permitan el acceso libre a sus trabajos en la revista del Wellcome Trust serán castigados en el futuro cuando pidan subvenciones a la organización.
Muchas investigaciones se pagan con dinero público y donaciones pero su acceso es restringido
El director de Wellcome Trust ha tomado la decisión de participar en esta campaña porque está convencido de que las investigaciones que se han pagado con subvenciones públicas o donaciones deben ser accesibles para todo el mundo.
Su decisión responde a la creciente preocupación de numerosos científicos por el alto coste que supone publicar en revistas académicas, y especialmente el acceso a ellas en tiempos de crisis en los que las universidades están sufriendo severos recortes en sus presupuestos.
La mayoría de las investigaciones científicas mundiales acaban en las manos de las editoras que cada año verifican 1.5 millones de artículos para su publicación. Si deciden imprimirlos, sólo se tiene acceso a ellos a través de un suscripción de costes notablemente elevados.
Para tener acceso a la revista médica de Science en papel y digital y con artículos de todo el mundo, el percio son 35 euros al mes. Cada año, las universidades británicas pagan unos 200.000 euros para acceder a los artículos de interés académico evidente.
Los editores dicen que verificar las investigaciones es la parte más cara del proceso
Los editores de las revistas justifican el coste argumentando que es necesario para sostener el proceso de análisis y selección de las investigaciones. El portavoz de una editora, Elsevier, aseguró que estaban abierto a «cualquier modelo de negocio, mientras sea sostenible y mantenga o mejore los niveles existentes de control de calidad» de las investigaciones que se presentan para publicación.
Además, dijo que su empresa había estado trabajando en un sistema que permitiera el acceso libre a las investigaciones con algunas organizaciones no gubernamentales. «Ha habido una colaboración constructiva ya que hemos trabajado con el Wellcome Trust». Aún con todo, aseguró que mantendrán el «modelo de suscrpción» porque quieren «ofrecer a» sus clientes la posibilidad de elegir.
No obstante, muchos científicos han criticado que este argumento es falso. Las editoras cuentan con el servicio gratis de muchos científicos que verifican las investigaciones previamente a su publicación.
El gobierno británico apoya la idea de liberalizar el acceso a la información científica
No obstante, incluso el propio gobierno se ha mostrado favorable al acceso abierto a las investigaciones científicas. El ministro de universidades y ciencias, David Willetts, dijo que él aspiraba a que todas las investigaciones financiadas con dinero público sean de dominio general.
«Queremos avanzar hacia el acceso libre, pero de manera que se asegure un análisis de calidad» y que sigan publicándose en papel. El ministro reconoció que hay que encontrar una manera de hacer que ambas sean financiables. Por su parte, Walport cree que es precisamente al revés, que hay que sacar el máximo beneficio de las investigaciones que se publiquen y que eso sólo se hace si se distribuyen.
Los editores se llevan un 35% de beneficios por investigaciones pagadas con dinero público
El creciente precio de las suscripciones ha llevado a muchos científicos a cuestionarse el modelo de negocio de los editores. Éstos obtienen un margen de beneficio del 35% con la venta del acceso a investigaciones financiadas públicamente.
Las universidades británicas, por ejemplo, gastan alrededor del 10% de las subvenciones gubernamentales en pagar el acceso a artículos de revistas científicas.
Los defensores del libre acceso a la ciencia argumentan que los costes de la publicación podrían ser cubiertos por los propios autores de los artículos, invirtiendo parte de las subvenciones que reciben para llevar a cabo su trabajo.
«Si observamos el modo en el que funciona la web (…) queda claro que los contenidos abiertos llegan más lejos«, mucho más de lo que sus autores pueden imaginarse, aseguró el biofísico Cameron Neylon.
«Desde el punto de vista de los donantes científicos, especialmente donantes públicos, la actitud debe ser »nosotros financiamos esta investigación, genera estas salidas, algunas de ellas son las revistas académicas, ¿cómo aseguramos que estamos maximizando el impacto de esas salidas que tiene?» «, opinó Neylon.
Wellcome Trust castigará a sus becados que se nieguen a publicar sus investigaciones en abierto
Parte de la subvención del Wellcome Trust está destinada a que los becados lo utilicen para pagar a los editores para que éstos publiquen sus artículos en abierto. El problema es que los propios científicos rechazan esta opción, el 55% en concreto. Muchos acaban publicando sus artículos en revistas que se resisten a publicar en abierto.
Esa es la razón por la que Wellcome Trust pretende presionar a los investigadores a publicar sus trabajos en abierto, amenazando con negarles subvenciones futuras para sus trabajos.
Una opción que están barajando es condicionar la renovación de la beca a la cantidad de investigaciones que haya del científico en acceso libre. De este modo, la organización sólo soltaría el dinero el momento en el que todos los trabajos del científico en cuestión que fueran financiados por el Wellcome Trust estén accesibles en la web.
Otra opción es pedirle a las universidades que confirmen o desmientan que las investigaciones financiadas por el Wellcome efectivamente estén accesibles en abierto antes de pagar la última cantidad de la subvención.
Incluso la opción de publicar el artículo en abierto seis meses después de su publicación en una revista de suscripción a Walport le parece inaceptable. «Sinceramente, es un poco como decir que» puedes tener El País gratis «tres semanas después – las noticias han perdido su valor a esas alturas. Yo diría que incluso seis meses es demasiado tiempo para la ciencia», dijo.