Los acuerdos firmados esta semana por la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, para aumentar la extensión de tres áreas marinas ya protegidas son la punta del «iceberg» del extenso trabajo realizado en los últimos 6 años en el país austral, que ha dado giro total a su política medioambiental.
En el año 2012, el país austral invertía únicamente el 1 % de su Producto Interior Bruto (PIB) en la protección del medioambiente, la cifra más baja entre los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), según la Cepal.
Sin embargo, esta tendencia se ha revertido drásticamente desde entonces, ya que el país ha impulsado la creación de reservas marinas y parques nacionales, ha implementado leyes que restringen la pesca de arrastre de fondo e incluso ha vetado el paso del rally Dakar por su territorio.
El último hito de esta lista llegó con el acuerdo alcanzado para aumentar la extensión de varias áreas marítimas protegidas, entre las que se encuentran las reservas de Isla de Pascua, Juan Fernández, Desventuradas y Canales y Fiordos, que se unen a una red que alcanza ya los más de 1,3 millones de kilómetros cuadrados.
En el caso de la Isla de Pascua, la zona protegida supera los 700.000 kilómetros cuadrados, lo que la convierte en una de las mayores reservas marinas a nivel internacional.
Gracias a ello, Chile ha dado un paso de gigante, ya que ha «multiplicado por diez la superficie marina bajo protección oficial» en los últimos cuatro años, según dijo Bachelet durante el evento en el que se hizo oficial la medida, «pasando de un 4,3 % a un 42,4 %».
A ello hay que sumarle la creación de la red de parques naturales más grande de suramérica, con 4,5 millones de kilómetros cuadrados, gracias a la donación de terrenos en la zona de la Patagonia que hizo la Fundación Tompkins al Estado chileno.
Por todo ello, la presidenta recibió el pasado mes de diciembre el premio Campeones de la Tierra, otorgado por las Naciones Unidas, por su labor en la creación de nuevas áreas marinas protegidas y el gran impulso a las energías renovables durante su Gobierno.
Detrás de este trabajo también aparece la figura de varias ONG como Pew Charitable Trusts, Oceana o la Fundación Bertarelli, que han servido de enlace entre las comunidades afectadas por la contaminación y la sobreexplotación de los recursos y el Gobierno.
Tania Rheinen, directora de Comunicaciones de Oceana, explicó a Efe las complicaciones que existen detrás de este tipo de procesos, como en el caso del archipiélago Juan Fernández, donde las compañías pesqueras «hicieron su trabajo de lobby» y consiguieron reducir la extensión del área protegida proyectada en un primer momento.
Aun así, como bien indica Dona Bertarelli, presidenta de la fundación homónima, Chile ha demostrado «su liderazgo para conservar el océano global», a pesar de la dificultad que entrañan estos proyectos, un paso necesario si «queremos proteger el 30 % del océano para el 2030», como recomiendan los científicos.
Por su parte, Maximiliano Bello, oficial principal de la Unidad Internacional de Conservación para Charitable Trust, lleva 6 años trabajando en el proyecto de la Isla de Pascua, desde el cual ha buscado «educar» y «concienciar» a los políticos, según explicó a Efe.
Él nació en Chile y lleva más de 20 años volcado en defender los océanos, una lucha en la que ahora su país natal es pionero en el mundo, algo que no deja de sorprenderle, ya que, según indicó, «hace cinco años parecía imposible llegar al punto en el que estamos hoy».
«Recuerdo hablar con Bachelet cuando estaba en ONU, antes de ser reelegida. Para ella no era una prioridad el medioambiente, pero una vez en el poder supo escuchar las preocupaciones de la ciudadanía y formar un equipo fuerte y decidido junto con el canciller Heraldo Muñoz y el ministro de Medio Ambiente, Marcelo Mena», afirmó Bello.
También cuenta que en la última semana participó en una reunión con el presidente electo, Sebastián Piñera, a quien buscó «incentivar para que mantenga el legado de Bachelet», ya que considera que «debe ser una política de Estado».
Bello se muestra «optimista» con la entrada del nuevo Gobierno, después de que Piñera le mostrara su compromiso con la protección de las zonas marinas, cuestión en la que le aseguró que seguirá avanzando cuando tome posesión del cargo el próximo 11 de marzo.
Al tiempo que señaló que a pesar de los éxitos cosechados aún queda mucho trabajo por hacer, tanto en la protección de otras áreas como la Patagonia, «amenazada por la salmonicultura», o en la «implementación efectiva del cuidado y control de los parques».
«Hay un entendimiento cada vez mas global, ciudadano y político. Algo fundamental, pues no se puede pensar en el futuro del desarrollo, del país y de la humanidad sin antes hacer un uso sustentable de todos nuestros recursos» acabó sentenciando el activista.