Los Reyes han llegado a las 16.55 hora local (18.55 hora peninsular española) al aeropuerto de la capital marroquí y han bajado las escalerillas cogidos del brazo.
Al pie de la escalerilla esperaban Mohamed VI, que ha saludado con dos besos a Don Felipe, y otros miembros de la familia real alauí. Entre ellos estaban la esposa de Mohamed VI, Lalla Salma, y los hermanos del monarca: el príncipe Mulay Rachid y las princesas Lalla Asma, Lalla Hasna y Lalla Meriem.
El desplazamiento a Rabat forma parte de la gira de presentación en el extranjero que Don Felipe y Doña Letizia iniciaron a finales de junio en el Vaticano y que continuaron la semana pasada en Portugal. El viaje al reino alauí será el más largo que hayan hecho hasta la fecha, pues las visitas a la Santa Sede y a Lisboa las sustanciaron en un día.
Mohamed firma el acuerdo de pesca por fin
La entrada en vigor del acuerdo de pesca entre la UE y Marruecos, ahora ya cercana tras la firma del rey Mohamed VI, ha puesto a prueba la famosa paciencia de los pescadores, que llevaban más de dos años y medio aguardando para poder regresar a faenar a esas aguas.
El acuerdo permitirá la vuelta a aguas marroquíes a 126 embarcaciones europeas, de las que casi un centenar son españolas, de Canarias y Andalucía, donde hay 44 barcos, todos ellos de las localidades gaditanas de Algeciras, Conil de la Frontera y Barbate, que retomarán la actividad en el caladero vecino.
Una veintena de ellos son de Barbate (Cádiz), la localidad más afectada por la interrupción del anterior protocolo, en diciembre de 2011, y para la que, según su alcalde, Rafael Quirós, la espera ha supuesto una «crisis severa» porque cada puesto en la mar «se multiplica por más de tres en tierra».
La firma del rey Mohamed VI era esperada desde el pasado mes de febrero, seis meses que han hecho que hoy, cuando por fin se ha dado a conocer la culminación de todos los trámites, los pescadores acogieran la noticia con cierta incredulidad.
El patrón mayor de la Cofradía de Barbate, Alfonso Reyes, guardaba la alegría que expresaba cada vez que se cumplía un nuevo paso (la firma del acuerdo en julio de 2013, la aprobación de la Eurocámara en octubre del ese año y la ratificación del parlamento marroquí en febrero pasado), hasta que viera «algo por escrito» o «la proa de los barcos enfilando al sur».
«Son tantas las veces que nos han dicho que ya estaba que ya no nos creemos nada», ha afirmado Reyes, no sin dejar de agradecer la intermediación de la Casa Real para que se cumpla un acuerdo que «esperamos con las manos abiertas, porque crea riqueza y trabajo».
De los 700 tripulantes que trabajarán en las embarcaciones españolas que puedan entrar en aguas de Marruecos, unos 500 serán de la provincia de Cádiz, más los marroquíes que cada barco tiene que contratar en función del nuevo protocolo.
La firma llega en un momento propicio, cuando el sector, según el alcalde, estaba «agobiado» porque la cuota del boquerón del Golfo de Cádiz estaba ya «casi acabada».
Mantener las buenas relaciones
Los Reyes de España, don Felipe y doña Letizia, fueron recibidos hoy con honores militares por el Rey de Marruecos, Mohamed VI y su esposa Lalla Salma, en la plaza de Méchouar, monumental explanada junto al Palacio Real de Rabat. Grupos de músicos con tambores llegados de poblaciones cercanas amenizaban la espera, en algunos casos de varias horas, mientras otras personas, muchas de ellas familias enteras, aguardaban pacientemente el paso de la comitiva oficial, bajo el fuerte calor reinante hoy en Rabat.
Desayuno de Ramadán
El traslado desde el aeropuerto, escoltados por la Guardia Real a caballo, se realizó en dos vehículos; en un coche viajaron los dos monarcas, Felipe VI y Mohamed VI, y en el otro la Reina Letizia y la Princesa Lalla Salma. En la Plaza Méchouar, asistieron al acto el Gobierno marroquí en pleno, consejeros del Rey, y otras altas instituciones del Estado alauí, custodiados por un batallón de la Guardia Real, que ha rendido honores de jefe de Estado, con salvas de honor. Tras pasar revista a las tropas, don Felipe y doña Letizia han saludo al presidente del Gobierno marroquí, Abdelilah Benkirán, a los ocho consejeros del Rey, y a los ministros del ejecutivo de Marruecos.
En el interior del Palacio, los dos monarcas mantendrán un encuentro privado, al que se incorporarán también las delegaciones oficiales de ambos países, encabezada en el caso de España por el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo. Ya a la caída de la tarde, Mohamed VI ha ofrecido a Felipe VI un «iftar», o desayuno de Ramadán, acto con el que los musulmanes rompen el ayuno que han guardado desde el alba hasta el ocaso, y al que han acudido como invitados unas 200 personas.
Consejeros reales, miembros del Gobierno, parlamentarios de las dos Cámaras, la cúpula militar y representantes del cuerpo diplomático acreditado en Marruecos figuraban entre los invitados, repartidos en mesas de unas ocho personas colocadas rodeando el estanque del patio del palacio.
Mohamed VI se ha vestido para la cena con la indumentaria tradicional marroquí, esto es chilaba blanca, casquete rojo en la cabeza (tarbush) y babuchas en los pies, mientras que su mujer, la Princesa Lalla Salma, llevaba un vestido largo blanco con pedrería. La pareja ha salido a recibir a los Reyes a la entrada del patio del palacio, donde les ha dejado un Mercedes de época.
Doña Letizia ha elegido para la ocasión una camisa blanca y una falda larga brocada en tonos blanco y plata, mientras que Felipe VI llevaba un traje oscuro con corbata verde. Los dos monarcas han estado sentados uno al lado del otro en la mesa presidencial. Doña Letizia, entre Mohamed VI y su hermano, Mulay Rachid. El ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, José Manuel García-Margallo, también estaba sentado en la mesa presidencial, entre dos hermanas del monarca alauí.
Han degustado un menú típico del ‘iftar’, que arranca con la sopa harira, que lleva carne, tomates y garbanzos y se sirve acompañada de dátiles y continúa con diversos platos dulces y salados donde no pueden faltar las tradicionales empanadillas (briouat). Salvo la mesa presidencial, el resto de los invitados ha degustado una cena tipo buffet en la que había gran cantidad de zumos y leben, suero de leche con un sabor agrio muy apreciado por las tribus bereberes.
Entre los invitados también se ha visto al explorador Antonio José «Kitín» Muñoz y Valcárcel, acompañado de su mujer, Kalina de Bulgaria, hija de Simeón de Bulgaria, y con la que reside en Marruecos.
Visita en Ramadán, gesto de proximidad
Las visitas de jefes de Estado o de Gobierno no son frecuentes en un país musulmán durante el mes del Ramadán, cuando la actividad se paraliza. Por eso los marroquíes conciben recibir a Felipe VI en Ramadán como un «gesto de proximidad y amistad», explican a fuentes de Zarzuela.
En la mañana del martes, Felipe VI recibirá en audiencia al primer ministro marroquí, el islamista Abdelilá Benkirán, y a los presidentes de la Cámara de Representantes, Rachid Talbi Alami, y de la Cámara de Consejeros, Mohamed Cheikh Biadillah, en el Palacio Real de Huéspedes.
Ese mismo día los Reyes harán la tradicional ofrenda en el Mausoleo de Mohamed V, donde está enterrado este monarca y su sucesor, Hassan II. Por la tarde, habrá actividades en paralelo de los monarcas español y alauí, y de sus esposas por otro lado.
Así, mientras Doña Letizia y la Princesa Salma visitarán un centro de investigación contra el cáncer financiado por la fundación que preside la mujer de Mohamed VI, Felipe VI y Mohamed VI inaugurarán un centro de formación en hostelería y turismo, y visitarán otro centrado en la capacitación laboral de mujeres, ambos sostenidos por la Fundación Mohamed V. Al término de estas actividades los Reyes de España emprenderán el regreso a España.