El guardameta de la selección española, Arpad Sterbik, ha mostrado hoy su felicidad por disputar su primera final de un Mundial, tras vencer a una Eslovenia (26-22) que ha jugado, bajo su punto de vista, «el mejor balonmano del torneo».
«Tenía mucho miedo de este partido, porque Eslovenia es un equipo joven con muchas ganas, con dos o tres veteranos. Para mí han jugado el balonmano más bonito del torneo. Dan más del cien por cien en cada partido», ha dicho el meta tras el choque de semifinales en el Palau Sant Jordi.
El nombrado mejor jugador del partido ha admitido así que «ha sido un partido «muy difícil», sobre todo por la «presión» que tenían como anfitriones. «Pero estoy muy contento, porque nunca he jugado final de un Mundial», ha sentenciado, bronce mundial en tres ocasiones.