La Federación Panamericana de Balonmano (PATHF) considera que el presidente de la Federación Internacional (IHF), el egipcio Hassan Moustafa, intenta «desguazar» el balonmano panamericano al «forzar» la división del organismo continental en dos subconfederaciones.
La decisión, tomada el 14 de enero por el Consejo directivo de la IHF y conocida este jueves, se aprobó «bajo coerción y amedrentamiento» del presidente Moustafa, asegura la PATHF en un comunicado.
La división, con la que los miembros americanos están mayoritariamente en desacuerdo, según expresaron en asamblea, es «un ataque a su soberanía y a la integridad del deporte mundial», dice la nota.
La IHF ha acordado suspender de funciones a la PATHF, lo que le impide organizar competiciones y disponer de sus fondos, tras la resistencia continental a ser dividida en dos subconfederaciones.
La escisión, aprobada por el Consejo con un solo voto en contra, crea dos entidades, la Confederación Norteamericana y del Caribe, con 19 países, y la Confederación Sudamericana y Centroamericana, con 18.
«La PATHF», asegura este organismo en su nota, «se ha convertido en la víctima de un dirigente deportivo que manipula para beneficio propio a una federación internacional, cuyo anhelo de construir un mundo mejor a través del deporte nada tiene que ver con esos intereses mezquinos».
Estima la PATHF que Moustafa aplica una «gobernanza oscurantista» contraria a los principios promovidos por el COI. Las federaciones miembros de la IHF son víctimas, añade, de una «política de miedo».
La nota afirma que «se prohibió» al argentino Mario Moccia, presidente de la PATHF, y al puertorriqueño Rafael Sepúlveda, representante continental en el Consejo de la IHF, participar en la reunión de Zagreb, cuyas decisiones, según se indica, buscan «desguazar a la familia panamericana de manera ilegal, violentando principios democráticos básicos, para silenciar voces críticas al régimen de Moustafa».
La presidenta de la Federación Canadiense, Raquel Pedercini, presente en aquella reunión, «fue denigrada» por salir en defensa del continente.
La PATHF recurrió el 11 de diciembre ante la Comisión de Arbitraje de la IHF la decisión de delegar en el Consejo la posible escisión de la Confederación Continental, pero no ha recibido respuesta en el plazo previsto de 30 días.
Según el comunicado, las dos nuevas confederaciones subcontinentales incluyen a miembros «que no cumplen los requisitos formales y/o deportivos» para serlo.
«Rechazamos además la decisión de la IHF de prohibirle a la PATHF la organización de torneos clasificatorios a los Campeonatos Mundiales y Juegos Olímpicos», agrega.
«La IHF busca escarmentar a la PATHF por negarnos a ser desguazados», subraya.
Según el ente continental, la congelación de fondos que le impone la IHF es un intento de «asfixiarla». Y la justificación de cómo se ha gastado el millón de euros procedente de un patrocinio privado ya ha pasado por las debidas auditorías.
«La PATHF recurrirá a todas las instancias legales existentes para frenar el atropello de Moustafa y defender la integridad del balonmano de aquellas fuerzas del pasado, que hacen de la opacidad y la manipulación su único deporte», concluye la nota.
El comunicado que la IHF publicó en su portal de internet al término del congreso de noviembre, en el que Moustafa fue reelegido para un quinto mandato, justificaba la intención de dividir la PATHF en la necesidad de un mayor desarrollo de su deporte en Norteamérica, en el ahorro de costes que supondrían los desplazamientos más cortos y en la posibilidad de fomentar disciplinas como el balonmano de playa en los países caribeños.