Tradición y modernidad «se comunican» en la trilogía de Orestes que pone en escena este fin de semana Teatro Stabile di Napoli en el Teatre Lliure de Barcelona, según ha explicado hoy su director, Luca De Fusco, que ha definido el montaje como «una obra que empieza en el pasado y acaba en el futuro».
«Orestea», las tres obras que escribió Esquilo en el 458 a C., llega al Teatre Lliure los días 7,8 y 9 de octubre en dos funciones seguidas, que se pueden ver el mismo día o en días diferentes, la primera de las cuales pone en escena «Agamennone» y la segunda une «Coefore» y «Eumenidi», divididas por una pausa de veinte minutos.
El montaje, que ha estado este verano en el Teatro Greco di Siracusa, «respeta la estructura lingüística del original y el espíritu clásico» pero busca un formato contemporáneo, sobretodo en «Eumenidi».
Luca De Fusco ha ambientado esta tercera parte de la trilogía en un estudio de televisión del futuro y ha dado especial importancia al personaje de Atenea, que representa «la mediación, el perdón y la indulgencia», según ha explicado.
En este montaje Atenea es «un personaje que viene del futuro, una diosa de nueva generación que interviene como mediadora para que no se perpetúe la cadena de venganzas y asesinatos sin fin».
«Aquí es donde hay más elementos de cosecha propia», ha reconocido el director, que ha elegido música oriental para este pasaje porque cree que los países árabes «son los que más necesitan de un personaje como Atenea».
Una música oriental que se fusiona en otros momentos con músicas occidentales para «representar la mezcla de culturas» y para recordar que «la tragedia griega era ópera, con mucha música».
Según Luca de Fusco, la primera entrega de la trilogía, «Agamennone», habla de «un suceso del pasado», concretamente del retorno de Agamenón a su palacio, donde su mujer lo mata por haber sacrificado a su hija Ifigenia.
Ésta pieza tiene una estructura narrativa clásica, que el director ha reforzado con su puesta en escena.
La segunda entrega de la trilogía es «Coefore», que narra la venganza de dos de los hijos de Agamenón, Electra y Orestes, que planean el asesinato de su madre y el amante de ésta. En esta segunda parte, Luca De Fusco se ha acercado a la estética de los años 40 del siglo XX.
La trilogía se cierra con «Eumenidi», donde Orestes es llevado a juicio por el asesinato de su madre, y es absuelto gracias a la intermediación de Atenea.
«Esta tercera parte suele ser la más aburrida -ha señalado el director-, pero hemos conseguido que no lo sea dando importancia a la música y al personaje de Atenea».
En su opinión, «cada época tiene su propia versión de ‘Euminidi’. Ha habido épocas que se ha considerado que el juicio era una farsa, pero yo creo que es importante que seamos optimistas, que veamos la posibilidad de resolución del conflicto».
«Es cierto que he convertido la votación del juicio en una votación por televoto, lo cual es un poco irónico, pero mejor eso que alargar el problema hasta el infinito», ha añadido.
En este punto ha hecho una referencia a la actualidad española y ha dicho: «ustedes aquí, en España, también tienen un conflicto, y están bloqueados, pero la democracia es así».
«Los napolitanos conservan el hilo de Siracusa -ha concluido el director del Teatre Lliure, Lluís Pasqual-, tienen el enlace directo con el pasado, pero siempre buscan lo que resuena en nuestros tiempos del legado de los clásicos».