Pese a que la reforma laboral emprendida por el Gobierno en 2012 ha permitido crear dos millones de puestos de trabajo desde entonces (entre 2008 y 2013, los peores años de la crisis financiera, se destruyeron cuatro millones).
El empleo, que crece a un ritmo de un 3% anual (lo cual permite crear medio millón de puestos de trabajo) y ha aumentado los niveles de actividad económica, ha venido acompañado de una caída del salario medio. Y lo que es peor: la mayor parte de los puestos de trabajo creados son temporales, lo cual incide negativamente en la confianza de los trabajadores que nunca saben hasta donde llega el compromiso de la empresa para una contratación con vistas al futuro.
Empleo temporal y precario
De hecho, España encabeza en la Unión Europea (UE) el empleo temporal no deseado. El 91,4% de de los casi cuatro millones de trabajadores se encontraba en esta situación laboral en 2016, según datos de Eurostat (la Oficina Europea de Estadística). A esos datos hay que añadir que el 90% de los puestos de trabajo que se crean mensualmente son temporales y solo un 10% entra en la categoría de indefinidos.
Por eso los economistas críticos con el tipo de empleo que se está creando lo definen como temporal y precario. Por otro lado, la economía española tiene una tasa de paro del 18% según datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), bastante superior a la media de los países europeos.
Para que la actividad económica siga creciendo en los niveles actuales, los economistas piden que los sueldos suban en función de la productividad, que por hora trabajada está en el 1,3%. Los sindicatos, por su parte, piden que los trabajadores ganen poder adquisitivo y las subidas vayan en torno al 2,5%.
Ninguna de las dos circunstancias se está dando, en una tendencia que indica que las grandes fortunas aumentan sus beneficios mientras que la recuperación económica no acaba de llegar a las clases trabajadoras.
Luis de Guindos, ministro de Economía, afirma que los trabajadores recuperaran los salarios previos a la crisis cuando se recuperen los casi dos millones de puestos de trabajo que faltan por crear para recuperar el tamaño del mercado laboral que había en 2007. El ministro ha reconocido que hasta que eso no ocurra no se puede hablar de salida de la crisis y recuperación económica total.
De Guindos justifica la bajada del 0,8% del salario medio en España registrada en 2016 a una caída de los salarios más altos, ya que la remuneración de los sueldos más bajos se habría incrementado en un 10% (de acuerdo a los datos aportados por el Instituto Nacional de Estadística).
Nuevas reformas
Fátima Báñez, ministra de Empleo y Seguridad Social, mostró su compromiso este martes para emprender una nueva reforma con el objetivo de aumentar la calidad del empleo, en una oferta presentada a sindicatos y empresarios.
La propuesta va encaminada a incentivar los contratos indefinidos y penalizar los temporales, para combatir los abusos y asegurar la protección de los trabajadores. Báñez ha puesto sobre la mesa una revisión de los modelos de contratación que se reducirían a tres: indefinido, temporal y de formación (el contrato en prácticas y las modalidades formativas).
Este contrato, pactado por el Gobierno con Ciudadanos en la investidura de Mariano Rajoy, tendría una indemnización creciente. Para el primer año de contrato, la indemnización por despido sería de 12 días por año trabajado; 16 días sería la indemnización para dos años de contrato y 20 para el tercero.
Otros factores que contribuirían a incentivar la mano de obra barata, producto de la reforma laboral aprobada en 2012, son los que afectan a formas de trabajo atípicas: contratos por horas, días o semanas o el auge del modelo freelance y el autoempleo. Para consolidar la recuperación económica, la Comisión Europea también ha reclamado subidas salariales en la presentación de sus perspectivas económicas para los países que integran la UE.