El Domingo día 28 de Agosto hemos conocido el acuerdo de investidura entre PP y Ciudadanos, con unas importantes medidas económicas. Dentro de esas medidas y de lo anunciado, se establece un aumento del gasto social que va a ser financiado con un adelgazamiento de nuestro sector público (eliminación de entes, empresas públicas, algunas Diputaciones, etc), mayor presión para el defraudador y recuperar parte de la denominada “amnistía fiscal”, todo lo cual no parece fácil de conseguir.
También se nos ha anunciado una reforma de la Ley de Financiación de las Comunidades Autónomas (LOFCA), que si va en la línea de lo manifestado por Ciudadanos supondrá una armonización impositiva en ellas. Es decir, que cualquier español pague, más o menos, los mismos impuestos con independencia de donde resida y donde residan los bienes a adquirir. Cuestión muy razonable, pero que también oligopoliza y reduce la competividad entre regiones que ha sido muy saludable para el ciudadano-contribuyente. ¿Eso supondrá una bajada, mantenimiento o subida de impuestos?. Pues, se verá, evidentemente dependerá de donde se resida. Pero es importante que piensen y se pregunten, desde ya, si les cuadran hoy las cuentas a muchas CCAA.
La situación política española nada ayuda. Cabe la posibilidad de prorrogar los Presupuestos Generales del Estado, pero tenemos que ahorrar 15.000 millones de euros para evitar que Bruselas nos sancione con hasta 5.000 millones de euros de multa por pasarnos del déficit autorizado, a lo que tenemos que unir que podríamos perder algo más de 1.000 millones de euros en fondos estructurales de la UE, que nos vendrían muy bien. El día 1 de Agosto debíamos haber presentado el techo de gasto, para lo que hay que contar con las CCAA, que siguen muchas con el gasto desbocado y que necesitan previamente consensuarlo con el Gobierno de España, quien a su vez lo tiene que cuadrar y encajar con sus Presupuestos. ¿Es decir, la pescadilla….?
Si ha todo esto unimos que la caja de las pensiones sigue disminuyendo y que quedan pocas empresas públicas rentables que vender, la respuesta a si podemos mantener los impuestos esta servida, con independencia del signo político que llegue a gobernar.
Puede que se mantenga o retoque el IRPF, por algún compromiso electoral y político, pero tiene que ser, necesariamente, a costa de otros impuestos. Ciudadanos ha hablado de retocar el Impuesto de Sociedades, pero no será fácil, puesto que las Pymes españolas, que es donde se concentra el tejido empresarial, andan con sus resultados muy justos, muchas con pérdidas, y nos podemos cargar el principal motor del empleo.
Lo que es evidente es que bajar los impuestos es imposible y mantenerlos difícil, con la estructura actual de España. Es más, me atrevo a decir que necesariamente tendrán que subir; y si no, el tiempo. Ya veremos que nueva reforma fiscal se nos plantea por el futuro nuevo Gobierno.
Decía un político francés de mediados del siglo pasado (Edgar Faure) y que fue ministro de finanzas que “Reforma fiscal es cuando prometen reducir los impuestos sobre las cosas que se gravan desde hace tiempo y para ello crean nuevos sobre las cosas que aún no están gravadas”.