Caroline Ladousse de 28 años y Nathalie Huet de 33. Dos francesas que se han enamorado de Madrid. De su sol, que “ilumina la cara y el corazón los días de bajón”. Y han decidido afincarse en la capital de España y emprender. A la primera la trajeron sus estudios; a la segunda, su marido. Sus caminos se encontraron y su plan “se hizo realidad”.
Cometa, así se llama su startup que nació hace un año con el fin de “rascar en el interior de las personas para que sus dones brillen”.
La capital les ha ofrecido un hueco en el mercado y una calidad de vida muy buena, según confiesan a teinteresa.es estas dos mujeres.
El objetivo final de Cometa es que un trabajador se vuelva emprendedor de su vida, que lleven una vida laboral que se corresponda con sus valores y aspiraciones.
Trabajan con las personas fuera de la empresa, para que dentro de ella saquen lo mejor de sí mismas.
Sin edad ni sexo
La gente que acude a ellas no tiene un perfil concreto. “Las edades varían desde los 27 hasta los 60 años. Cometa no tiene edad. Tampoco género, aunque hay más mujeres que hombres. Será porque estamos más abiertas a contar nuestras experiencias. La situación laboral también varía. Los hay con trabajo y muy quemados. Hay quien está de baja por estrés, depresión… Quien no tiene trabajo y está buscando. Hay hasta jubilados que no saben qué hacer sus próximos 30 años de vida”.
Pero, ¿en qué consiste el proyecto? Son formaciones colectivas, multidisciplinares, experienciales, con herramientas concretas para ponerse en acción y cambiar su vida profesional.
Talleres orientados a personas que buscan un cambio en su vida profesional para sentirse plenamente desarrolladas en su trabajo. Una mentalidad que han bautizado como “Jobfulness”.
Se lleva a cabo a partir de un programa de tres meses, compuesto de 30 horas de formación repartidos en tres jornadas intensivas, dos talleres de tarde, dos sesiones de coaching individuales y una sesión final, para acompañar la persona en todo su proceso de Jobfulness.
Un viaje que abre los ojos
Un viaje, como lo define Caroline, que empieza por abrir la mirada. “Deshacerte de las orejeras”. Una introspección en toda regla. Que continúa con la experimentación de tus aspiraciones, esperanzas, talentos. Y la guinda la pone la venta de uno mismo.
Sus creadoras aseguran que el programa puede ayudar a las personas a realizar un diagnóstico completo de su situación actual, ganar claridad en sus aspiraciones y objetivos profesionales, poner de relieve sus talentos y zonas de excelencia que sirven de base a su reinvención, aprender a identificar lo que les impide cambiar y saber superar esos bloqueos y diseñar un proyecto real y saber comunicarlo con un story telling potente.
Las emprendedoras están contentas con su proyecto y sobre todo, “con los resultados”. Caroline narra orgullosa el caso de una periodista que acudió a Cometa. “Trabajaba en la televisión, estaba muy quemada, tenía muchas ganas de cambiar. Le gustaba la comunicación pero no su entorno. Se dio cuenta de que a ella lo que le apasionaba era la comunicación. Indagó en ese mundo. Dejó su trabajo. Tuvo unas semanas de exploración. Ahora es la directora de comunicación de una gran empresa”.