El tribunal de la Audiencia Nacional que juzgará a diez presuntos miembros de una célula yihadista que habrían planeado atentar en lugares emblemáticos de Barcelona en el año 2015 ha acordado este lunes aplazar el comienzo de la vista oral hasta el lunes de la semana que viene, 29 de enero, a petición de uno de los abogados de los acusados por una confusión con las fechas de las sesiones.
Estaba previsto que el juicio comenzara a las diez de esta mañana, pero se ha retrasado más de dos horas y finalmente el abogado del acusado Lahcen Zamzami, para el que la Fiscalía pide 19 años de prisión, ha solicitado la suspensión de la sesión de este lunes y retrasar el inicio del juicio al menos una semana para poder preparar bien la defensa.
La presidenta del tribunal, la magistrada Ángela Murillo, ha pedido a todas las partes que manifestaran su punto de vista frente a esta petición y, mientras la fiscal Dolores Delgado ha mostrado sus reservas recordando que hay nueve acusados en prisión provisional, aunque no se ha posicionado en ningún sentido, todos los abogados de las defensas han respaldado la petición de su compañero.
Incluso, algunos han aprovechado su turno de palabra para expresar su queja por las condiciones en que tienen que trabajar a veces los letrados de oficio, sobre todo en lo que respecta a las notificaciones con respecto a las vistas orales.
Para el letrado de Antonio Sáez Martínez »Aali», uno de los principales acusados, los abogados de oficio de este juicio han tenido que hacer un «esfuerzo sobrehumano», pues hay programadas al menos 35 sesiones en las cuales tendrán paraliza el resto de su actividad. Por eso, este letrado en concreto ha pedido aplazar la vista oral hasta el miércoles.
Tras escuchar a todas las partes, y después de una breve deliberación, el tribunal ha decidido suspender la sesión que había programada para este lunes y la magistrada Murillo ha anunciado el aplazamiento del inicio del juicio hasta el lunes que viene a las diez de la mañana.
ADOCTRINAR A JÓVENES Y PREPARALES PARA ATENTAR
Según el escrito de la Fiscalía, la célula de la que supuestamente formaban parte los diez acusados, que se autodenominó »Fraternidad Islámica. Grupo para la predicación del Yihad», fue creada en los primeros meses del año 2014 y sus miembros, la mayoría de Terrassa (Barcelona), se dedicaban a «captar y adoctrinar a jóvenes en el salafismo combatiente, promoviendo y fomentando el uso de la violencia para la instauración de un califato único mundial basado en la »sharia» y preparándoles para la comisión de atentados terroristas».
Entre los acusados hay varios españoles y un brasileño, todos ellos convertidos al Islam. De hecho, uno de los españoles es el señalado por la Fiscalía como el principal instigador de la comisión de un atentado en territorio español, además de tener una «base ideológica» en la que mostraba su predilección por los líderes yihadistas de la actualidad.
Para este último, Antonio Sáez Martínez »Aali», y otros dos acusados, Lahcen Zamzami y Rida Hazem, ambos de nacionalidad marroquí, el Ministerio Público pide 19 años de prisón por los presuntos delitos de integración y colaboración con organización terrorista.
Para otros tres acusados –los marroquíes Taofiq Mouhouch y Mohamed el Gharbi y el brasileño Kayke Luan Ribeiro Guimaraes »Hakim»–, el fiscal solicita diez años de cárcel; mientras que para otros cuatro –los españoles Gonzalo Cabezas Núñez »Sulaiman», David Franco Portolés »Ibrahim» (el único en libertad provisional) y Jacob Orellana Casado »Yacoub» así como el marroquí Said Touay– reclama siete años.
La célula, desarticulada en la operación policial denominada »Caronte», tenía una «estructura piramidal», según el fiscal, y al frente de ella se encontraban Antonio Sáez Martínez, Lahcen Zamzami y Rida Hazem, que eran los que estaban al frente de las labores de adoctrinamiento según las cuales aseguraban que «un buen musulmán es aquel que considera que el Islam tiene su máxima expresión en el Yihad».
UNO HUYÓ Y OTROS TRES LO INTENTARON
Como consecuencia directa de este adoctrinamiento, según el fiscal, uno de los integrantes del grupo, Abdellatif Chahmout, se desplazó, siguiendo los postulados de Zamzami y Hazem y con su ayuda logística, «a zona de conflicto, concretamente a Irak». Actualmente, Chahmout continúa huido en Irak o Siria.
Además, tres de los acusados, Mouhouch, Ribeiro y El Gharbi, viajaron en un coche en dirección a Turquía con intención de cruzar a Siria, pero fueron detenidos a mediados de diciembre de 2014 en un puesto fronterizo de entrada a Bulgaria.
Tras un tiempo sin verse, en los primeros meses de 2015 el resto de los miembros de la célula «iniciaron tareas de selección y vigilancia así como valoración de los métodos adecuados» para llevar a cabo un atentado. Así, hicieron estudios fotográficos en Barcelona de lugares como el Parlamento catalán, la comisaría de los Mossos ubicada en la Plaza de España de la ciudad condal o el Hotel Arts, ubicado en la zona del Puerto Olímpico. También «mostraron interés por una sinagoga así como una librería judía».
Según el escrito del Ministerio Público, los integrantes del grupo admiraban los actos terroristas del Estado Islámico y mostraban «un absoluto desprecio por las víctimas de tales hechos, anhelando su participación en los mismos».