El presidente del tribunal de Gürtel, Ángel Hurtado, ha sido el único de los tres magistrados que lo integran en oponerse a que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, tenga que declarar como testigo en el macrojuicio a la trama en la Audiencia Nacional, han confirmado a Efe fuentes jurídicas.
De este modo, Hurtado, presidente y ponente de la futura sentencia de Gürtel, si no pierde definitivamente la mayoría en el tribunal, se ha quedado solo ante sus compañeros Julio de Diego y José Ricardo de Prada y, pese a estar en desacuerdo, ha tenido que ser el encargado en anunciar la decisión.
«Por mayoría, la Sala decide que es una prueba admisible, por mayoría se acepta y se le tomará declaración en el día que se marque según el calendario previsto», ha expuesto tras una segunda deliberación del tribunal sobre la petición de la acusación popular que ejerce Adade.
Hurtado se ha opuesto siempre a llamar a declarar a Rajoy al entender, al igual que la Fiscalía, que no era necesario con la declaración de otros testigos, como la de otro ex secretario general del partido, Javier Arenas, prevista para junio.
En las otras dos ocasiones en las que esta petición fue rechazada contó con el respaldo unánime del tribunal, pero esta vez se ha producido finalmente la división entre el talante conservador de Hurtado y el progresista de De Prada y de De Diego, el más desconocido de los tres.
De Prada es en cambio el más mediático, tanto por sus ideas progresistas como por su particular visión de ETA, lo que ha suscitado en no pocas ocasiones el malestar de las víctimas de la banda terrorista, además de ser objeto de recusaciones.
También fue planteada su recusación en Gürtel por acusados como Luis Bárcenas o Pablo Crespo, que denunciaron sin éxito su presunta amistad con el primer instructor de la causa, Baltasar Garzón, así como los vínculos de su hija con el abogado Gonzalo Boyé, que representa a una de las acusaciones en la causa sobre la contabilidad B del PP.
Tanto De Prada como Hurtado pasaron a integrar el tribunal que juzga la primera época de Gürtel (1999-2005) tras ser admitidas las recusaciones para apartar a los magistrados Concepción Espejel y Enrique López por su aparente afinidad ideológica al PP.
Hurtado votó en contra de ambas recusaciones y emitió un voto particular en contra de apartar a Enrique López, argumentando que, en todo caso, el PP ostenta en esta causa una «particular condición procesal secundaria y colateral», como es la de partícipe a título lucrativo.