El exsecretario de Caja Madrid Enrique de la Torre ha asegurado en su declaración que no entregó la tarjeta de Caja Madrid al expresidente de los empresarios madrileños Arturo Fernández ni al exsecretario del PP madrileño Jesús Pedroche, en contra de los declarado por éstos.
Según ha relatado De la Torre, él no pudo entregar las tarjetas a Fernández y Pedroche porque ya no era secretario del consejo cuando ellos se incorporarona la entidad, en 2010, y el ejerció esta actividad entre 1996 y 2009.
Sin embargo, tanto Fernández como Pedroche declararon a preguntas del fiscal Anticorrupción Alejandro Luzón que fue De la Torre el que les entregó la tarjeta, al igual que han afirmado otros acusados.
No sabía lo que gastaba cada uno
Asimismo, ha negado que la entregara en ningún caso a los miembros de la comisión de control, y ha señalado que en algún caso «pudo ser el secretario de actas o incluso el conductor, que la recogía en la caja y se la entregaba al consejero después».
También ha negado que estuviera al tanto de cuáles eran los gastos que efectuaban los consejeros, ya que se trataba de datos reservados a los que no había acceso.
«Siempre fue el director de medios el que se encargaba de todas las incidencias», ha afirmado De la Torre ante el tribunal que dirime si los 65 beneficiarios de las Visas incurrieron en delito continuado de apropiación indebida y de administración desleal por el uso presuntamente fraudulento que hicieron de los plásticos.
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Por eso, ha calificado de «desfachatez» que el exconsejero en representación del PP Darío Fernández Yruegas haya lamentado que no existiera un mayor control sobre estos gastos, ya que él no tenía acceso a esa información ni a las cuentas correspondientes.
De ahí su sorpresa cuando el exdirector general Ildefonso Sánchez Barcoj le abordó para pedirle que hablara con la exconsejera, ya fallecida, Mercedes de la Merced, sobre el excesivo uso que ésta hacía de su tarjeta.
Posteriormente, De la Torre se dirigió al entonces presidente de la entidad, Miguel Blesa, que le dijo que no se preocupara y que «ya hablaría él con Barcoj».
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Él no dio instrucciones
Además, ha asegurado que él se limitaba a hacer su trabajo bajo el mando de Ildefonso Sánchez Barcoj y que no debía dar instrucciones ya que los miembros del consejo sabían perfectamente lo que eran las tarjetas.
«No hay más que ver la composición del Consejo, consejeros de Hacienda, un presidente de la patronal», para ver que «todos ellos sabían mejor que yo lo que era una tarjeta de gastos de representación«, ha dicho.
«Yo era el secretario del consejo, yo no daba instrucciones a nadie, si acaso me las daban a mí», ha indicado, aunque ha admitido que en algún caso puntual, como en el del exconsejero en representación de CCOO Rodolfo Benito o en el de Mercedes Rojo, sí aclaró lo que se entendía «exactamente por una tarjeta de gastos de representación».
El primero en llamarlas ‘black’
De la Torre es considerado como uno de los usuarios cuya declaración podría ser más relevante para el caso. De hecho, en uno de los emails que se filtraron al inicio de la investigación el exsecretario de Caja Madrid fue el primero en referirse a estas tarjetas como ‘black’ a efectos fiscales.
El fiscal Alejandro Luzon le ha insitido en que se reafirmase en esas palabras, sin embargo, De la Torre ha justificado que en las reuniones de las Comisiones de Retribuciones «nunca» se hizo referencia a las tarjetas, ya que, ha insistido, eran «deducibles y neutrales a efectos fiscales».
De la Torre sí ha reconocido que esta cuestión es un asunto «delicado» y hay que llevarlo con «cierta confidencialidad» si bien eso no está reñido con la «transparencia».
«Respecto a la fiscalidad la contestación venían de las secretarias del director de Medios (Sánchez Barcoj) a las mías; yo decía que era algo delicado y por tanto no tenía por qué conocerlo tanta gente», ha explicado ante la insistencia del representante del Ministerio Fiscal en esta octava sesión de juicio y que será la última en la ronda de interrogatorios.
De la Torre ha reconocido que tenía dos tarjetas; una para gastos corporativos y otra retributiva. En el caso de la primera la titularidad estaba al nombre de Caja Madrid y como secretario, no tenía muchos gastos de representación –cargó 320.742 euros– y respecto a la segunda se ha mostrado «convencido» de su legalidad en tanto considera que el importe de la misma se incluía en el certificado de haberes.