Así lo entendió el Juzgado Central de Instrucción número 1 de la Audiencia Nacional cuando en 2005 dictó un auto de procesamiento contra Ternera como autor de un delito consumado de asesinato del que aún no ha respondido y que es ya la causa más antigua que tiene pendiente en los tribunales españoles.
Aquel auto motivó una orden europea de detención contra José Antonio Urruticoechea Bengoechea -su verdadero nombre-, que este mismo jueves se ha dispuesto volver a traducir para ir adelantando trabajo de cara a la solicitud que España elevará previsiblemente a Francia para que entregue a quien habiéndolo sido todo en la banda terrorista, se ha pasado 17 años escondido.
Según explicaba entonces el juez Santiago Pedraz, aún titular del Central 1, el 25 de junio de 1980, a la altura del número 40 de la calle Dato, en Vitoria, tres jóvenes abordaron a Hergueta y uno de ellos le disparó dos veces en la cabeza. Al día siguiente, ETA reivindicó el asesinato atribuyendo al directivo de Safen Michelín el papel de «máximo responsable de la represión contra los trabajadores» de la empresa.
En efecto, fueron dos empleados quienes desencadenaron el atentado. Se trata de Modesto García y Miren García Artal, ambos condenados por delito de colaboración con banda armada en la Audiencia Nacional en 1982 por dar abrigo a liberados de ETA y por este caso, ya que tanto en sede judicial como en policial, lo «reconocieron y ratificaron».
Contaron, y la sentencia lo dio por probado, que en febrero o marzo de 1980 concertaron una cita con Josu Ternera, al que además reconocieron en fotografías, «y un tal Echeveste», conforme detalla el auto. Ellos les pidieron fotografías de Hergueta, que se encontraba en aquellos días negociando el convenio colectivo de la empresa, «con el fin de secuestrarle para presionar en dichas negociaciones».
El 5 de mayo volvieron a reunirse y Modesto García y Edurne García «acudieron a la cita en los accesos del hospital de Bayona». Entraron en un coche donde estaba Josu Ternera y otro miembro de ETA, Juan Lorenzo Lasa alias »Txikierdi», y allí mismo les hicieron entrega de una revista editada por Michelin en la que aparecían varias fotos de Hergueta. Un mes y medio después le asesinaron.
El juez decía en el auto que «cuando menos», cabe atribuir a Ternera «responsabilidad criminal a título de cooperador necesario o cómplice, en su caso» pues «su participación previa y en los términos expresados sugiere la identificación del señor Hergueta Guinea en orden a propiciar su asesinato» gracias a su «decisiva intervención». Ordenó procesarle, no obstante, por asesinato consumado.