Una madre y su hija vecinas de Tarrassa (Barcelona) han asegurado este miércoles, en el juicio a cuatro policías por la muerte de un joven la noche del 15 de septiembre de 2009, que vieron desde el balcón como uno de ellos «le dio una bofetada» en la cara que lo tiró al suelo.
El testimonio de las dos contradice la versión de los cuatro policías locales que el lunes, en la vista oral que se celebra en la Audiencia de Barcelona, coincidieron en que ninguno de ellos lo abofeteó y en que la víctima, Jonathan Carrillo, cayó solo al suelo de espaldas quedando semiinconsciente, por lo que llamaron a una ambulancia.
Las vecinas han dicho que vieron la bofetada desde su balcón del barrio Pla del Bonaire pese a que viven en un noveno piso, porque la calles estaba bien iluminada, aunque no pudieron identificar cuál de ellos le pegó.
El fiscal acusa a uno de los agentes, para el que pide cuatro años de cárcel, y pide de dos años a dos y medio para los otros tres por el presunto delito de omisión de perseguir delitos.
También han declarado este miércoles varios sanitarios del Sistema d»Emergències Mèdiques (SEM), que han asegurado que ninguno de los policías les informó de que el joven había sufrido un golpe en la cabeza al caer, al contrario de lo que declararon estos agentes el lunes, cuando sostuvieron que sí les habían informado reiteradamente de esto.
Según la calificación previa al juicio del fiscal, «hubiera sido determinante por parte de los agentes haber dado una información detallada de la caída en tanto en cuanto el estudio el tratamiento se hubiera orientado en este sentido».
MÉDICOS ACUSADOS
Pese a ello, el fiscal también acusa por presunto homicidio imprudente a dos doctoras y a un enfermero del Hospital Mútua de Tarrasa –adonde fue trasladado y murió a las pocas horas– alegando que no le hicieron las pruebas adecuadas a las lesiones que presentaba, por lo que pide para ellos de dos años cárcel a dos y medio.
Pero los sanitarios de la ambulancia han explicado en el juicio que no informaron a los médicos del hospital de que había llevado un golpe en la cabeza porque los policías no le habían informado; eso sí, han relatado que en la calle le palparon la cabeza en una primera exploración y no encontraron sangre ni heridas.