El magistrado, que ha dejado en libertad con medidas cautelares a los otros diez arrestados, imputa indiciariamente a todos los detenidos en la denominada »operación Piñata» un delito de integración en organización terrorista por pertenecer a un grupo «de tipo inserruccionista anarquista» que tenía la finalidad de «subvertir el orden público y alterar gravemente la paz pública».
También se investiga si los detenidos, a los que se incautaron manuales de fabricación de explosivos, tienen relación con los ataques que se produjeron en 2013 en la catedral de La Almundena de Madrid y la basílica de El Pilar de Zaragoza.