Dos expresidentes de la Junta de Andalucía acusados y 850 millones de euros »distraídos» de las arcas públicas, el caso ERE es uno de los mayores casos de corrupción de España. Lo que pocos saben es que la trama comenzó, irónicamente, en una fábrica de chorizos de Jaen en 1999.
«La berlina oscura aparcó junto a uno de los destartalados bloques de las Tres Mil Viviendas de Sevilla, uno de los supermercados de la droga de Andalucía». Así comienza »Caso ERE: Las entrañas de la corrupción en Andalucía». Un relato que busca guiar al lector cronológicamente a través de una compleja trama de corrupción. En el libro hablan testigos de primera mano, se explica cómo se utilizaba dinero público en los ERE para mantener el prestigio de una autonomía dominada por el Partido Socialista desde que comenzó la democracia.
Su autor, Juan Esteban Poveda, periodista de tribunales del diario IDEAL, contesta a Teinteresa.es y explica cómo empezó un caso que saca los colores a la sociedad andaluza.
– El libro se remonta al primer ERE, que fue en una fábrica de embutidos en Jaen, ¿es ese el momento en el que se gesta todo? ¿Qué ocurre en ese caso en concreto?
La historia de los ERE siempre se ha contado desde 2011, cuando la Justicia descubre que unos señores de Mercasevilla cobraban »mordidas» a cambio de ayudas públicas, y cuando aparece un señor de Baeza prejubilado en esa misma empresa de Sevilla, donde no había trabajado. Esa fue el hilo del que tiró la jueza Alaya para desenredar la madeja. Pero »Caso ERE» se remonta al inicio, al origen. Al ERE de una empresa de chorizos y embutidos de Jaén en febrero de 1999.
La crisis de Molina. Todo Jaén, la provincia donde el PSOE obtiene más porcentaje de voto de España, estaba pendiente. Con elecciones autonómicas a la vista, el Gobierno andaluz se jugaba su prestigio. Las cosas se complicaron porque Bruselas vigilaba muy de cerca que no se diesen ayudas contrarias a la libre competencia. La fórmula que el ejecutivo andaluz utilizó para burlar las objeciones fue inyectar dinero público en Molina, ocultando subvenciones para prejubilaciones como gasto corriente. Como allí salió bien se aplicó durante una década en decenas de empresas.
Se creó un «fondo de reptiles», tal y como admitió Francisco Javier Guerrero, uno de los protagonistas de la trama a la Policía. Dinero que se movía de forma opaca, sin someterse a controles. Hasta cuatro jueces y los fiscales Anticorrupción han coincidido en señalar que el sistema era ilegal, que había responsables políticos que lo sabían por lo menos desde 2005 y que nadie hizo nada por solucionarlo. Además, la Justicia sostiene que se eligió para manejar ese »fondo de reptiles» a personas que no merecían tal confianza, ya que según datos recogidos en el sumario buena parte del dinero de los parados andaluces acabó siendo invertido en cocaína, fiestas, lujos y caprichos. O acabó en manos de personas que no eran las destinatarias de los fondos.
– En el libro dice que «intentaron buscar soluciones adecuadas a problemas reales», pero el resultado fue una red opaca en la que el dinero público servía a los intereses del partido. ¿Cree que es un vicio del sistema o algo puntual que responde a la época y al contexto?
No me cabe ninguna duda de que la intención noble y honrada de la inmensa mayoría de los responsables políticos hoy encausados (Chaves, Griñán, Zarrías, Vallejo y otros muchos) era disponer de instrumentos ágiles para salvar empresas en crisis. Sólo que –a juicio de jueces instructores y fiscales- usaron una vía que no era adecuada. Delictiva incluso. Esconder el dinero para moverlo discrecionalmente, sin dar cuentas a nadie. Y ahí, en torno a ese dinero que se movía sin control, entraron en escena comisionistas, intermediarios, magnates y mangantes, pillos, buscavidas …
Y también, según los datos recabados en la instrucción, hubo políticos sin escrúpulos. Se movieron al margen de los controles adecuados 850 millones de euros, calcula la Justicia. Muchos de esos fondos fueron a prejubilados y parados reales, es cierto. Pero también es verdad que muchos millones se quedaron por el camino, en esa trama de intermediarios y desaprensivos, que consiguieron dinero «para asar una vaca» –como dijo la madre de uno de los encausados- y que se enriquecieron con el drama del paro en la región con más desempleo de España.
– El PSOE lleva 40 años de democracia gobernando en Andalucía, ¿esta trama se podría haber evitado o, al menos, detectado antes si hubiese habido un cambio de en el Gobierno autonómico?
Los ERE no son un feo lunar en la gestión de una administración inmaculada en todo lo demás. En torno a la Junta de Andalucía y los fondos para solucionar el problema del paro hay muchas causas judiciales abiertas, con los cursos de formación, con el caso Invercaria, con las facturas de UGT … La teoría que siempre sostuvo la jueza Alaya es que buena parte de ese dinero fue a parar a personas afines al PSOE andaluz.
Andalucía es la única comunidad donde jamás se ha producido alternancia política desde la llegada de la democracia. Eso es en buena medida porque el partido en el poder ha tomado las instituciones, y desde ellas reparte dinero y puestos de trabajo. Ha llegado a crear hasta una »administración paralela» con más de 25.000 enchufados. Y con dinero público, según indican datos recabados en causas judiciales abiertas, se riega una red clientelar prácticamente infinita.
– Pese al estallido de los escándalos que afectan a la Junta (ERE, avales, Invercaria, cursos de formación, facturas falsas de UGT…), el PSOE ha seguido al frente del Gobierno autonómico, ¿por qué no le pasan factura estos casos al partido?
En 2012, con el escándalo de los ERE en su apogeo y la crisis pasando factura a la gestión realizada por el presidente Zapatero, el PP andaluz llegó a ganar las elecciones autonómicas y estuvo a punto de hacerse con la presidencia de la Junta. Pero ni aun así cedió el poder el PSOE, que pactó con IU y se mantuvo en el Gobierno. Sin duda hay un electorado fiel al PSOE y que confía en sus líderes y sus propuestas. Eso es innegable, pero también hay que considerar que en Andalucía funciona a rajatabla el clientelismo político. «La Junta colabora con quien colabora», dice uno de los implicados de la trama de sobornos y comisiones en torno a los ERE.
– A veces las noticias de casos de corrupción, con instrucciones larguísimas y nuevos datos prácticamente cada semana, «aburren» a los lectores. ¿Es importante recopilarlo todo en un libro para que pueda entenderse de forma global? ¿Es la intención de este libro?
»Caso ERE» es un relato periodístico. Nada más, pero también nada menos. Aquí la realidad es tan brutal que no hace falta añadirle ficción. El libro está escrito como reportaje que, de forma ágil y que todo el mundo puede entender, cuenta unos hechos tan increíbles que, a veces, piensas que estás leyendo una novela de ficción. Pero no, todo ocurrió en Andalucía. Pretende ofrecer al lector un relato ordenado, cronológico, desde los hechos que dan lugar al escándalo hasta prácticamente la víspera de los juicios que se van a celebrar próximamente.
El caso judicial nace en 2011 sobre hechos que se remontan hasta 1999, pero se trata de un tema que sigue de tremenda actualidad. A diario hay noticias sobre los ERE de Andalucía. Y más que las va a haber. Se ha publicado tanto en los últimos seis años que es difícil mantenerse informado, no saturarse. Por eso pensé que era necesario el libro. Justo cuando acabó la instrucción era el mejor momento para recapitular, analizar y poner en contexto. El caso va a acaparar portadas y muchas horas de análisis en tertulias y programas de televisión. Este libro ofrece a los lectores la oportunidad de asistir a todo lo que va a venir desde una posición privilegiada, conociendo los entresijos, las anécdotas, los personajes…
– ¿Qué entresijos? ¿Qué anécdotas?
Gracias a códigos QR el lector puede, mientras está leyendo, colarse en el despacho de Mercasevilla donde dos altos cargos socialistas están pidiéndole una »mordida» a unos empresarios y escuchar la conversación completa. Hay varios códigos a lo largo del libro, pequeñas sorpresas que se reservan al lector. Y el relato está trufado de todo tipo de situaciones surrealistas, anécdotas y detalles que realmente sorprenden.