La Sala le absuelve por la «insuficiencia» de las pruebas aportadas contra él al no tenerse por válido, según el propio criterio de los peritos durante el juicio, el análisis comparativo entre el ADN de los restos biológicos encontrados en unos guantes de látex junto al lugar de los hechos y los recogidos al procesado de un vaso que utilizó en un establecimiento público ocho años después.
Según la sentencia dada a conocer este viernes, las pruebas no permiten considerarle autor de los hechos «más allá de una duda razonable, que es, en definitiva, el específico estándar probatorio exigible en este momento procesal para dictar una sentencia de condena».
Concluyen los magistrados que no se ha alcanzado el grado suficiente de certeza respecto de la participación delictiva del acusado, pues además de que no se observaron los protocolos de obtención de pruebas biológicas los guantes, encontrados en un contenedor cercano al lugar del ataque, no fueron analizados para determinar si estuvieron en contacto con las sustancias que formaron parte de la composición de los »cócteles Molotov».
Por otra parte, el tribunal ha constatado que el procedimiento estuvo paralizado desde que se dicto el auto de sobreseimiento de las actuaciones en septiembre de 2002 hasta que se acordó la reapertura de las investigaciones, en octubre de 2010, «habría transcurrido ampliamente el plazo prescriptorio previsto en el artículo 131.1 del Código Penal para la hipótesis que se maneja».