El cambio climático muestra varias caras. Cambios bruscos de temperaturas, desastres naturales cada día más devastadores. Los investigadores siguen alertando de las consecuencias de no tomar medidas. Pero no siempre pronostican los mismos efectos y no todo el mundo cree realmente que este cambio pueda ser un problema radical en el futuro.
En lo que sí están de acuerdo la mayoría de los científicos –un 97 por ciento para ser exactos– es en el aumento de la temperatura del planeta. Tampoco tienen dudas de que el gran causante de estos cambios es la actividad humana, como el uso de combustibles fósiles y la deforestación. Pero no está clara la variabilidad que rodea ese aumento, por ejemplo, ¿qué diferencia habrá entre los días más caluroros y fríos de un año a otro?.
Evan Kodra y su asesor Auroop Ganguly, un experto en cambio climático y profesor asociado en el Departamento de Ingeniería Civil y Ambiental de la Northeastern University, decidieron tomar un enfoque diferente en su artículo publicado recientemente en Scientific Reports, publicado por Nature.
Lo que encontraron puede sorprender a algunos: Mientras que la temperatura global está aumentando de hecho, también lo hace la variabilidad de las temperaturas extremas. Por ejemplo, mientras es probable que aumente el promedio de temperaturas más cálidas y frías de cada año, estos promedios también tienden a caer dentro de una gama más amplia de posibles temperaturas extremas altas y bajas de las que se observan actualmente.
Esto significa que incluso cuando las temperaturas globales aumenten, todavía podemos seguir experimentando olas de frío extremas. Ese es un punto importante en el esfuerzo continuo para informar con exactitud al público sobre el cambio climático. «Sólo porque haya un año que es más frío de lo habitual en la última década no es un rechazo de la hipótesis del calentamiento global», explicó Kodra.
Estos investigadores utilizaron herramientas computacionales de gran envergadura para examinar sistemáticamente este aspecto del cambio climático por primera vez. El estudio utilizó simulaciones de los modelos climáticos más recientes del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático y los «conjuntos de datos de reanálisis», que se generan mediante la mezcla de las mejores observaciones meteorológicas disponibles con los modelos numéricos del tiempo.
El equipo combinó una serie de métodos en una forma relativamente nueva de caracterizar extremos y explicar cómo su variabilidad se ve influenciada por cosas como las estaciones del año, la región geográfica, y la interfaz tierra-mar. El análisis de varias ejecuciones de los modelos climáticos y los conjuntos de datos de reanálisis eran necesarios para tener en cuenta las incertidumbres en las imperfecciones de la física y de modelo.