De la Flor se apoya en un reciente informe de la Comisión Europea, que estima que esta mayor reducción supondría pasar de un ahorro de más de 3.000 millones de euros a casi 8.000 millones. La directora de la Organización para la Defensa de la Salud cita también un análisis de la ONG europea HEAL, que eleva esa cantidad a entre 10.000 y 30.000 millones «si se tiene en cuenta los costes que se ahorrarían en salud».
En este sentido, ha señalado que «una reducción en la emisión de gases con efecto invernadero supondría una mejora en trastornos tan comunes como la bronquitis, el asma, los ataques al corazón o la depresión». Por eso, ha reclamado a los estados miembros de la UE que «actúen rápidamente para conseguir reducir las emisiones de C02 para el año 2050» y que sean «más exigentes con los niveles que se quieren conseguir a partir del 2020».
Asimismo, ha insistido en que, a la hora de evaluar los beneficios de reducir los gases de efecto invernadero, «hay que tener en cuenta la disminución de bajas por enfermedad, el menor consumo de medicamentos o de admisiones hospitalarias derivadas de enfermedades y patologías asociadas con la contaminación del aire».