Chicote está dispuesto a seguir ayudando a otros cocineros y empresarios. Este miércoles regresa con la cuarta temporada de »Pesadilla en la cocina» (a las 22:30 horas con doble programa de estreno en laSexta) y lo hará con algunas novedades en los resturantes a los que tratará de sacar del agujero en el que están metidos.
En la nueva temporada, ‘Pesadilla en la cocina’ visita lugares en los que nunca había estado, como Ibiza, Murcia o Andorra y entornos totalmente novedosos para el programa: un local medieval, una vieja estacón de tren, una cala paradisíaca…
El programa viaja también por primera vez hasta Alemania, donde descubre que las historias de la España de hoy y la de hace medio siglo tienen mucho más en común de lo que se piensa. Será testigo además de abandonos inesperados, peleas, despidos fulminantes, llantos de desesperación, lágrimas de felicidad, intensas emociones… Una combinación inigualable de sentimientos que hace de ésta una temporada única y apasionante.
Para esta cuarta temporada, guarda novedades respecto a los tipos de restaurantes, los lugares visitados, las comidas en las que se adentra. Alberto Chicote viaja hasta regiones inexploradas hasta el momento por el programa para conocer nuevos casos. Rincones de Murcia, Andorra o Ibiza, que se unen a entornos totalmente novedosos, como una cala paradisíaca, una vieja estación de tren, un local medieval o un hotel.
Además, el programa se ha adentrado en nuevas gastronomías nunca vistas hasta el momento. Un restaurante griego, un marroquí, un local de cocina medieval, un vegetariano y hasta un restaurante de comida gigante adornan el amplio abanico de opciones en las que Pesadilla en la cocina se sumerge en la nueva temporada.
‘Pesadilla en la cocina’ viaja también por primera vez a Alemania, para intentar salvar un restaurante en Hamburgo que descubre una particular situación: el reflejo de la España actual y de la de hace casi medio siglo. En el Mesón Galicia conviven dos realidades curiosas y al mismo tiempo terribles. La de un padre que emigró a Alemania durante el franquismo y que comenzó allí desde cero. Y la de sus hijos, que nacidos del Estado del Bienestar en España se han visto ahora obligados a irse a Alemania con su padre con motivo de la crisis que asola nuestro país.
En el primer ‘Pesadilla…’
Por primera vez ‘Pesadilla en la cocina’ viaja hasta Murcia, y lo hace para visitar un restaurante ubicado en un entorno muy particular: una antigua estación de tren regentada por Javier, un ex paracaidista del Ejército cuya mujer lo dejó todo por él. Al principio el local gozaba de mucha clientela, pero muchos de los comensales se marchaban con pequeñas quejas, lo que provocó con el tiempo que no regresaran más.
La falta de atención y detalles, una comida de calidad bastante mejorable y el ambiente irrespirable entre el dueño y una explosiva jefa de cocina han hecho de La Estación un restaurante con potencial pero que ha perdido el rumbo.
Sólo Alberto Chicote puede ser capaz de que la locomotora que mueve al restaurante no se pare definitivamente. Porque »Pesadilla en la cocina» es el último tren que tiene La Estación y tiene que tomarlo con todas las consecuencias.
Javier es un militar retirado, ex paracaidista del Ejército expulsado por un enfrentamiento con su superior, que ha devuelto la vida a una centenaria estación de tren tras décadas de abandono. Sin embargo, lo que parecía una bonita hazaña se ha convertido en su mayor dolor de cabeza porque La Estación ha perdido los clientes que un día tuvo y no ha conseguido llamar la atención de nuevos comensales.
Y es que aunque se considera el encargado, Javier no siempre se encarga de todo y parece haber olvidado la disciplina aprendida en el Ejército. Sus empleados dicen de él que no sirve como jefe y a veces a Javier no le cuesta mucho demostrarlo. Los camareros a veces están más pendientes de evitar los reproches y dar explicaciones a los clientes que de servir.
Además, la jefa de cocina es una mujer a punto de explotar continuamente, no quiere limpiar ciertas zonas de la cocina y se niega a obedecer las órdenes con las que no está de acuerdo. Los gritos, los insultos y las faltas de respeto están a la orden del día en La estación, por lo que durante los servicios saltan chispas que los clientes no pueden evitar escuchar.
De continuar así, el restaurante tiene los días contados. ¿Serán capaces Alberto Chicote y el equipo de ‘Pesadilla en la cocina’ de engrasar la maquinaria de La Estación y de hacer del local un lugar de imprescindible visita?