No es nada habitual que un político entre en programa de sobremesa, de crónica social, y menos aún si se trata de Sálvame. Acostumbrados a sus apariciones medidas en discursos ensayados o en entrevistas televisivas que no se salen del guión, la intervención de Pedro Sánchez en el programa de Jorge Javier Vázquez ha roto los esquemas de las campañas mediáticas hasta ahora conocidas.
Aunque no sea una aparición ni mucho menos improvisada, sino medida por un equipo de asesores, sí ha conseguido descolocar a los espectadores. El primer objetivo, coinciden los expertos, podría haberse cumplido: dar a conocer a un líder que hasta ahora es un perfecto desconocido.
“Pocos conocen a Pedro Sánchez, su trayectoria, qué puede aportar como alternativa, así que tiene que hacer campaña para entrar en todos lados”, explica Fran Carrillo, experto en comunicación política y director de La Fábrica de Discursos. “Su intención podría ir por ahí: dar la imagen de político cercano, que sabe lo que se cuece en el día a día, y que es capaz de ver programas que ven la mayoría de españoles”.
Aunque este objetivo tiene un límite, dice este experto, “hay que tener cuidado entre ofrecer una imagen de cercanía y conocimiento de la realidad social y no parecer un poco friki”.
Algo similar se intentó, recuerda, con José Blanco o José Bono, invitados en su momento a determinados programas magazin, “se quería dar una imagen fresca y cercana, un poco a la americana, pero no consiguieron la proyección pública deseada y se desistió”.
En EEUU, es habitual ver al presidente Obama bailando en el show de Oprah o en el programa de Ellen Degeneres-en el video-, ante millones de telespectadores, “pero el carácter de los españoles es distinto”, afirma Carrillo.“Para mí es un error salir en determinados programas, me da igual la audiencia que tenga. No creo que sea el camino. Creo que a Sánchez le están pudiendo las prisas por darse a conocer porque tiene las elecciones encima, pero realmente no creo que eso tenga una rentabilidad en votos”.
«Sería positivo que Rajoy fuese a El Hormiguero»
Aunque con prudencia, Jorge Santiago, director del Máster en Asesoramiento de Imagen y Consultoría Política de la Universidad Camilo José Cela, se muestra más partidario de la estrategia del dirigente socialista. “A mí me gusta que los políticos muestren su lado humano, porque los ciudadanos no los conocemos realmente y cuando los vemos en este tipo de programas podemos descubrir cosas de su personalidad que pueden ser muy positivas. Y creo que también sería positivo que Rajoy fuese a El Hormiguero”, dice con humor.
Santiago ve en esta campaña un propósito claro, “ganar en visibilidad y posicionamiento, llegando a un segmento de la población a las que muchas veces los políticos no pueden llegar a través de los medios tradicionales, como los periódicos o los telediarios, porque no los consumen”. Y recuerda el ejemplo del presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, un habitual de este tipo de programas.
Sin embargo, alerta de un riesgo: «hay que tener cuidado. Los propios espectadores de Sálvame pueden pensar: ya están estos también aquí, no me dejan ni ver estos programas”.