Experimentado, seguro de sí mismo, respetado por su equipo… Así es Alberto Sánchez, el capitán al que da vida Hugo Silva en »Los Nuestros», una de las series que acaba de aterrizar en la parrilla de Telecinco (el lunes a las 22 horas).
El actor ha entrenado duro para no defraudar a los militares que verán la ficción y se toma con mucha responsabilidad este trabajo, en el que comparte pequeña pantalla con Blanca Suárez. Hemos hablado con él.
Hugo, ¿cómo ha sido lo ponerte en la piel de un militar?
Yo en su época no hice el servicio militar, no me veía yo en la mili, y el caso es que el destino me ha llevado a este proyecto y la verdad es que estoy muy contento, ha sido muy bonito sobre todo porque sí que es verdad que nos hemos centrado mucho en las formas y hemos entrenado mucho para que todo tuviera coherencia, pero todo ese proceso nos ha llevado también a profundizar en todos estos seres humanos que se juegan la vida y que tienen que obedecer órdenes, y que a veces entran en conflictos porque a veces lo que hacen no es coherente con lo que ellos piensan, como le puede pasar a cualquiera. Eso es lo que más nos interesaba.
También hay un código de honor que existe en el ejército y que a mí me parece interesante, que es un compañerismo llevado al extremo. Y también nos parecía interesante ver cómo es la vida de estas personas que se van fuera, viven lo que viven –que es muy intenso y radical, con niveles de estrés potentísimos, porque sabemos lo que es la guerra- y luego volver aquí y ver que el resto de la sociedad no tiene conciencia de lo que pasa ahí fuera. Eso nos parecía interesante y es lo que hemos trabajado. Para mí a nivel personal ha sido revelador y muy interesante.
Supongo que es una gran responsabilidad. ¿Cómo os habéis formado para estar a la altura?
Primero hemos estado un mes en este cuartel donde nos han hablado de los mandos, los grupos del ejército, nos han enseñado cómo se dirigen, etc. Pero por encima de todos los mandos, son compañeros, hay un compañerismo latente que ayuda a que todo fluya. Luego tuvimos experiencia en un campo de maniobras, nos han movido en helicópteros, hemos estado en operaciones simuladas y hemos tenido la oportunidad de estar en Alicante, en el cuartel de Operaciones Especiales, y fue intenso, convivimos con los militares de grupos especiales. Vimos su día a día y escuchamos sus vivencias en la guerra.
¿Te ha cambiado la visión que quizás tenías del ejército?
Es que mi trabajo es no tener prejuicios, empatizar con el personaje que me toque, sea el que sea. Pero en este caso ha sido muy fácil, primero porque estaba vacío y jamás había tenido una experiencia militar, así que iba con muchas ganas de aprender y de ver qué había aquí. Y luego la experiencia ha sido muy grata, estoy muy orgulloso de haber participado en este proyecto y de haber hecho incluso amistad con miembros del ejército y miembros de grupos especiales.
En la serie hay una trama muy importante que es la amorosa. ¿No crees que quizá se centra demasiado en eso?
Yo creo que no, yo creo que en cualquier trama de cualquier película, obra o clásico, siempre está el amor. Es normal, tiene que estar. Y no estamos haciendo una historia de robots, es una historia de personas, y las personas sufren, lloran, se enamoran, tienen miedo… Aunque spoliee un poco, es una historia de desamor, y ayuda a la trama porque perdura durante toda la misión y hace que las cosas se compliquen. Yo no lo veo como una estrategia para captar audiencia, sino como un complemento para humanizar a los personajes.
«En España y Noruega, las mujeres están en la primera línea de fuego»
¿Cómo ves la situación de la mujer en el ejército?
En la serie se hace un retrato fiel. La experiencia que yo he tenido es que la presencia de la mujer es muy fuerte en el ejército español. Pasa en los ejércitos de casi toda la OTAN, pero en España y Noruega las mujeres están en primera línea de fuego. Y las mujeres que se presentan para operaciones especiales tienen que pasar las mismas, las mismas pruebas físicas y psicológicas que los hombres. No son pruebas adaptadas, como en otras instituciones. La mujer es un soldado más. Es una peculiaridad de nuestro ejército y a mí me parecía muy interesante que se plasmara en la serie.
«Ya sabía usar armas desde »Los hombres de Paco»
¿Cómo ha sido usar las armas?
Yo ya había utilizado armas antes al hacer de policía, pero también hemos tenido una instrucción con el fusil. Y luego cada uno ha tenido que preparar especialmente su arma y su campo. Yo tuve a un capitán al lado que continuamente estuvo conmigo, y me enseñó a montar el chaleco y manejar las armas.
¿Te gustan las escenas de acción?
A mí la acción me gusta y me lo pasé muy bien, pero si te digo la verdad yo me centré más en construir la profundidad de Alberto, porque es un tipo humano, no es un robot. Es un tipo que se siente responsable de su grupo, sabe cuáles son los puntos flacos de cada uno, tiene relaciones muy intensas con ellos y yo lo que intentaba era ocuparme de mi grupo a nivel humano. Luego sí que es un tipo que maneja armas, que tiene una instrucción militar y eso está ahí. Físicamente hemos trabajado, pero también en lo emocional para que el personaje tuviera ese peso de líder, un líder que se remanga y empuja como el resto.
¿Te arrepientes ahora de no haber hecho la mili?
Cuando yo tenía que hacer la mili no había ejército profesional, las cosas han cambiado mucho. Yo en aquel momento no lo veía, no me apetecía, y no lo hice. La vida me ha llevado aquí y ahora estoy muy contento de haber vivido esta experiencia. Yo en general no me arrepiento de nada que haya hecho.
¿Qué te atrajo del proyecto?
Yo desde el principio vi que el tratamiento de la serie era bastante inteligente y bastante humano, y en ese sentido estaba muy tranquilo. Sabía que lo que querían era contar historia, queríamos ver los conflictos del ejército y cómo eran estas personas, pero sabía que el tratamiento iba a ser inteligente. No sentí presión, sino mucho cariño, arropo y ayuda por parte del ejército. En todo momento estuve muy a gusto.
Seguro que tenéis mil anécdotas…
Hubo secuencias que tuvimos que repetir por el tema del viento y el sonido, y justo el día de rodaje subió más el aire y era imposible abrir los ojos. Tuvimos que hacer la secuencia y luego hacernos lavados de ojos. Anécdotas hubo muchas, ha sido casi una mili. Ha habido golpes, moratones, de todo. Pero ha sido muy divertido y muy cuidado.
¿Tuviste que ponerte en forma?
Yo siempre intento entrenar a diario y cuidarme para estar preparado para cualquier papel, ya sea para estar tirado en una cama como en «Musarañas» o si me toca éste, corriendo con una ametralladora colgada. Salgo a correr, boxeo un poco… todo muy dinámico, la verdad.
Cuando eras niño, ¿jugabas también a la guerra, soldados…?
Jugaba a la guerra, a ‘Falcon Crest’ y a todo lo que fuera ficción. Era mi juego preferido.
El rodaje ha sido un campamento, todos conviviendo juntos casi ocho meses, ¿cómo ha sido?
Fantástico. No estábamos acampados, estábamos en un hotel todos trabajando, y ha sido un ambiente de rodaje casi de cine, porque era más corto, y ha sido intenso e interesante. Hemos hecho mucha piña y familia.
Has trabajado muy cerca de Blanca Suárez. ¿Cómo es?
Blanca es una actriz brutal y que puede hacer acción o lo que le pongan por delante. Destacaría su profesionalidad y compañerismo.
«Cada vez que Álex de la Iglesia me llame, ahí estaré»
¿Tienes algún proyecto de cine?
Participo en la película de Álex de la Iglesia ‘Mi gran noche’ y luego hay más proyectos que no puedo adelantar.
¿Cómo es tu papel en ‘Mi gran noche’?
Mi personaje es Roberto y es el presentador de este loco programa que se graba, de este especial de Nochevieja. Es un tipo con un ego enorme, con una relación bastante peculiar con el personaje de Carolina Bang.
¿Qué tal Raphael?
La verdad es que sólo le he visto en una lectura de guión que tuvimos todos juntos y te puedo decir que es alucinante verle. El perosnaje que está haciendo no puede quedarle mejor. Tuvo que cantar en la lectura, todos aplaudimos como locos, con una ilusión brutal. Es un artistazo y un honor trabajar con él.
¿Qué tal volver a trabajar con Álex de la Iglesia?
Genial, siempre estaré con él.
Pero a Álex le encanta llevarte al límite…
Sí, siempre. Le gusta deformarme, hacerme daño, y en ésta también lo paso mal, hay un momento en el que me castiga este director loco, pero a mí siempre que me llame Álex estaré.
¿Con qué director te gustaría trabajar?
Con Tarantino.
Almodóvar va a rodar, ¿vas a estar en el proyecto?
No lo sé, no me ha llamado.