Sira Quiroga (o Aris Agoriuq) se va de vacaciones. »El tiempo entre costuras» se despide hasta después de las navidades a falta de dos capítulos para conocer el desenlace de la que ha sido, sin duda, la serie del año.
Para su protagonista, Adriana Ugarte, 2013 se ha convertido en su año de mayor éxito gracias a un personaje con una fuerza increíble. «Sira comienza la historia siendo una niña en el barrio de la Paja de Madrid, en La Latina y toda su vida, por el entorno cultural por el que se mueve, su educación, por el momento de la historia en el que está, todo apunta que va a ser una costurera, que se va a dedicar a ser modista, a tener una vida convencional, casándose con su novio de siempre, esté o no esté muy enamorada», recordaba Adriana hace unos meses.
Pero Sira va cambiando a lo largo de los capítulos y eso enriquece aún más al personaje. «Creo que es un personaje que tiene tantas ganas de vivir y tanta inquietud por la vida que se va a lanzar a una aventura a la que el amor y la lucha por la supervivencia van a ser el centro de todas sus acciones, pero va a pasar de tener todo muy establecido a moverse casi con los ojos tapados. Para mí, Sira es un animal valiente y sediento de amor», añade la actriz.
A pesar de la mujer valiente y dura en la que se va conviritiendo poco a poco, para Adriana también tiene un punto divertido de lo más atractivo. «Me parece muy graciosa porque tiene un lado muy inocente y muy espontáneo, Sira tiene una intuición y una elegancia natural, pero es profundamente ignorante y es consciente de ello, no tiene ningún complejo y no lo sufre. También me gusta la pillería que tiene, es muy castiza dándole la vuelta a las cosas, que también es muy marroquí«, dice entre risas.
«Fue un rodaje realmente intenso»
Pasado el tiempo (la serie se terminó de rodar hace más de dos años), Adriana recuerda con mucho cariño aquellos meses tan duros de rodaje. «Fue muy intenso, pero muy bonito porque es una novela con mucha información y comprimir todo en 11 capítulos y desarrollar las tramas de todos estos personajes es una labor de guion, de dirección y de todo un equipo impresionante».
La actriz asegura además que la novela de María Dueñas la enganchó desde el primer momento. «Todos los personajes que planteaba me parecían muy interesantes, muy profundos, y esto en la serie se mantiene. Cada uno tiene su complejidad y eso les convierte en seres humanos muy completos. También me gustó mucho el poder del amor, yo, que soy una romanticona, veo como a Sira el amor le descoloca y le hace abandonar su ciudad, a su madre y marcharse a ciegas con alguien para vivir. Creo que a mi personaje le duele hacer eso, pero no se arrepiente de lo que hace porque es muy valiente, además el amor le da una fuerza y una valentía que aprovecha».
En Marruecos, Adriana disfrutó muchísimo. «Ya había visitado antes tanto Tánger como Tetuán porque me atraía mucho la zona, pero estar tanto tiempo como lo que duró el rodaje te da para tener otra visión mucho más profunda de la zona para tener una idea más rica de donde estas. Además, te permite tener contacto con la gente de allí y superar el primer choque cultural para luego relajarte«, afirma.
Entre otras cosas, para su papel, Adriana tuvo que aprender a coser, pero tuvo una maestra de excepción, su abuela. «Ahora se me da muy bien, mi abuela era costurera y me enseñó algunos trucos para que todo pareciera más real, más natural», concluye.