Las grandes empresas venden tu información personal en internet. Tu nombre y apellidos, teléfono, correo electrónico o dirección son algunos de los datos objeto de trueque donde todos, menos tú, acaban lucrándose. El caso de Cambridge Analityca ha acabado por colmar el vaso de miles de usuarios que empiezan a cuestionarse su papel en este intercambio de información.
Las continuas filtraciones, donde se pone en evidencia lo vulnerables que son nuestros datos en la red, ha propiciado el nacimiento de iRule, una app que pone al usuario en el centro del mercadeo de datos personales. Sergio Maldonado, CEO de PrivacyCloud, plataforma en la que se enmarca la app, ha explicado a teinteresa.es cómo con iRule “el usuario pasa de compartir información sin ser consciente de ello a tener un control completo sobre la forma en que se propagan sus datos”.
“iRule permite que sean los usuarios quienes invitan a un círculo exclusivo de marcas o proveedores a su esfera de confianza. El objetivo aquí es sustituir el rol actual del mercado publicitario apoyado en la elaboración subrepticia de perfiles y la compraventa indiscriminada de datos”, presenta Maldonado. Asimismo, gracias a iRule las empresas pueden ofrecer datos fiables, aportados de forma voluntaria y de acuerdo a la nueva normativa europea RGPD.
iRule pide datos básicos del usuario, como su estado civil o su género. “Además, el usuario puede aportar información específica de industria o vertical, tales como su proveedor de telefonía, o la fecha de caducidad de su seguro de coche”, aclara Maldonado. A cambio, las marcas integradas en iRule garantizan el acceso directo y gratuito a ciertos servicios, entre los que destacan una amplia oferta de ocio y entretenimiento como entradas de cine, suscripción a Netflix, Spotify Premium, etc.
De esta forma el usuario se lucra por compartir unos datos que tradicionalmente se propagan por internet ignorando a quien en origen es propietario de la información. Y las marcas usan el dato agregado de audiencia para verificar la relevancia de sus ofertas. “Si se produce un escenario de compartición de datos transparente y expreso, las marcas contarán con una visión mucho más fiable de su audiencia o potenciales clientes, reduciendo su dependencia a un mercado muy oscuro de compraventa de datos a terceros”, concluye Sergio Maldonado.