Estonia es un referente mundial en digitalización. La administración pública ya permite a sus ciudadanos que acudan a votar sin DNI: su identidad se verifica con una cámara y reconocimiento facial.
En España estamos más atrasados, aunque se siguen haciendo progresos en la digitalización de los servicios públicos, la mayoría de los ciudadanos no pueden aprovechar todas las ventajas de su DNI electrónicos como la firma digital. En el ámbito privado sí hay más avances, algunos bancos como BBVA están empezando a implantar estos sistemas de reconocimiento facial para comprobar la identidad de sus clientes a la hora de firmar un contrato o abrir una cuenta bancaria.
¿Va siempre la administración a la zaga de la revolución digital? El director de Sector Público de la empresa de soluciones tecnológicas VASS, Jesús Poveda, explica a Teinteresa.es que no tiene por qué ser así. «Estonia es un referente porque es un país relativamente joven y controla un territorio pequeño», explica. En el caso de España la digitalización es un proceso mucho más complejo que, sin embargo, «se puede abordar con riesgo y voluntad política», asegura Poveda.
Es el caso de Hacienda, una administración que, según Poveda, ha sido capaz de entender las necesidades de sus usuarios y crear un sistema electrónico de presentación de tributos que facilita su relación con el contribuyente. «El sistema del borrador para el IRPF es un referente en España«, asegura.
¿Suprimiremos el DNI?
En realidad la tecnología necesaria para desterrar el DNI de los procedimientos automatizados ya existe. Muchas empresas ofrecen sistemas de autentificación de identidad a través de selfies con el móvil, cámaras con reconocimiento facial en videoconferencia o reconocimiento de voz para hacer transacciones por teléfono.
El sector bancario es el que más impulso está tomando en los últimos años. «Las Fintech pisan con fuerza», explica Jesús Poveda, y los bancos cada vez implementan más soluciones tecnológicas para sus clientes. Estos sistemas reducen el fraude y la suplantación de identidad y asistiremos a un »boom» en pocos años.
Es el caso de Arquia Banca, una caja cooperativa de crédito para profesionales que ha lanzado una app de reconocimiento facial para facilitar a sus clientes el acceso online a las cuentas desde cualquier ubicación. La app permite eliminar las claves de acceso a las cuentas bancarias y dará entrada en 38 milisegundos una vez que haya »leído» el rostro del usuario.
¿Por qué no la administración pública?
La administración del Estado también se encuentra inmersa en un proceso de digitalización. Sin embargo, la complegidad de sus sitemas de información y comunicación, el gran volumen de datos y las relaciones y competencias entre las autonomías hacen que la implantación sea muy desigual.
«La cadena es tan frágil como su eslabón más débil», explica Poveda. Así, «lo ideal» sería un impulso reformista masivo que no es posible sin financiación, voluntad estatal y sin arriesgarse a fallar. Las nuevas tecnologías, dice Poveda, requieren arriesgarse para buscar soluciones enfocadas a los usuarios, puede salir bien o mal pero es necesario innovar.
Pasarán años hasta que podamos prescindir del »plástico» del DNI. La tecnología existe, ¿y la voluntad?