El CEO de Facebook, Mark Zuckerberg, es una de las personas más carismáticas de la actualidad. Capaz de ganar 1.6 mil millones de dólares en una semana, según Forbes, mientras tiene tiempo para estudiar chino mandarín, correr al menos una milla al día y visitar todos los estados de Estados Unidos. Precisamente, este nuevo reto junto a su cuidada reputación hacen saltar las especulaciones sobre su desembarco en la política norteamericana.
«Después de un fin de año tumultuoso, mi esperanza con este desafío es poder salir y hablar con más personas sobre cómo viven, cómo trabajan y qué piensan del futuro», escribía esta semana en su blog de Facebook.
Zuckerberg quiere hacer su campaña al estilo de Pedro Sánchez. Su objetivo es coger el coche con su esposa Priscilla Chan de copiloto y visitar todas las oficinas que su empresa tiene en Estados Unidos, además de conocer a profesores y científicos de todo país, y presentarse en los lugares más recónditos para empaparse de la cultura popular.
El post ha llevado a sospechar a los analistas que planea algo más que su simple altruismo como gurú de Silicon Valley. El asunto no es tan descabellado, ya que en la siguientes líneas se expresa como un verdadero político: » Durante décadas, la tecnología y la globalización nos han permitido ser más productivos y estar mejor conectados. Esto nos ha traído muchos beneficios, pero también ha generado desafíos para muchas personas. Esto ha contribuido a la sensación de división más grande que he sentido en toda mi vida. Es necesario que encontremos la forma de cambiar las reglas del juego para que funcione para todo el mundo».
Según la periodista del diario The Guardian Olivia Solon, son claros indicios de que el CEO de Facebook tiene intención de hacer carrera política.
Además, unos documentos confidenciales -desclasificados en una demanda judicial- registraban el análisis que Zuckerberg estaba realizando sobre las ventajas y riesgos de seguir dirigiendo Facebook e introducirse en la política a la vez. En este sentido, uno de los inversores de riesgo de la compañía, Marc Andreessen, le asesoraba sobre el principal problema: “Cómo definir la cuestión de la carrera política sin alarmar a los accionistas con el temor de que pierdas compromiso con la empresa”.
No obstante, estos acontecimientos no han sido los únicos que llevan a sospechar sobre su entrada en la política. Durante las pasada navidades, Zuckerberg publicaba una foto junto a su familia felicitando la Navidad.
Felicitar las Pascuas es algo normal, salvo que seas ateo. El fundador de Facebook así lo había manifestado en varias ocasiones. Incluso una usuaria le hizo la pregunta del millón: “¿Tú no eras ateo?”. A lo que Zuckerberg contestó: «No. Fui criado en un hogar judío y luego pasé por un período en el que cuestioné algunas cosas, pero ahora creo que la religión es muy importante».
No creer en ninguna religión es uno de los lastres más significativos para los candidatos a ocupar el Despacho Oval.
Mark Zuckerberg ha tenido siempre una vida muy ligada a la política, sobre todo en lo que respecta a la contratación de talento extranjero. En 2013, lanzó el grupo de presión Fwd.us con el objetivo de reformar la ley de inmigración y extender el programa de visas. En los próximos meses seremos testigos al nuevo “reto” del CEO de Facebook.