Si en el siglo XX el deseo de la humanidad era llegar a la luna, ahora el objetivo es Marte. El cohete lanzado por Space X desde el Centro Kennedy de la NASA, situado en Cabo Cañaveral (Florida, EEUU), es un primer paso para lograr el principal objetivo de Elon Musk (fundador de la compañía): que la humanidad viaje a Marte y pueda ir colonizando el planeta rojo durante el presente siglo.
El final de la Segunda Guerra Mundial abrió paso al periodo conocido como la Guerra Fría, dominada por la lógica de un mundo bipolar en el que Estados Unidos (EEUU) y la Unión Soviética (URSS) luchaban por hacerse con la hegemonía mundial. En esta época también destacó la batalla por hegemonizar la carrera espacial, como ocurrió con el programa Apolo durante la década de los 60 y que llevó a la humanidad a la luna.
Entonces, eran los gobiernos de EEUU y la URSS los que impulsaban el desarrollo tecnológico para la realización de viajes espaciales. Ahora, en cambio, también son compañías privadas las que financian la conquista del espacio, que sigue siendo uno de los sueños anhelados por la ciencia.
Space X, compañía estadounidense fundada por Musk (también fundador de Tesla y cofundador de PayPal), ha lanzado con éxito el cohete Falcon Heavy, el de mayor potencia y más capacidad de carga desde los Saturn V de las misiones de Apolo de 1972, en una ruta estimada en unos 400 millones de kilómetros.
La potencia y capacidad de carga del Falcon Heavy permitirá llevar al espacio satélites más pesados que los actuales. Además, su propósito es llevar robots de dimensiones mayores a Marte e incluso a planetas más lejanos, como Júpiter o Saturno, y a sus respectivas lunas.
La capacidad de carga de este gigantesco cohete, de 70 metros de altura, varía de las 64 toneladas si el destino es la órbita de la Tierra a las 17 toneladas si el objetivo es Marte.
El cohete fue lanzado este martes rumbo a Marte con tres proyectiles reciclables para futuros lanzamientos. Dos de ellos consiguieron volver ocho minutos después, mientras que se desconoce lo que pasó con el tercero.
La empresa aerospacial, ubicada en Silicon Valley, se habría gastado 90 millones de dólares para realizar con éxito el despegue, un cohete mucho más barato que el futuro Space Launch System que la NASA está desarrollando y cuyo lanzamiento se calcula que estará en torno a los 1.000 millones de dólares.
Mientras que en las misiones de Apolo viajaban astronautas, en el Falcon Heavy lo hizo un coche rojo descapotable de Tesla, la otra empresa fundada por el multimillonario canadiense.
El lanzamiento también busca llevar carga útil a la órbita terrestre baja, en la que se encuentra la Estación Espacial Internacional (ISS) y los satélites de observación de la Tierra. El cohete, que está diseñado para transportar módulos espaciales, también permitirá reanudar las misiones tripuladas a la luna.
Viaje a Marte
Falcon Heavy sends a car to Mars https://t.co/Y7uBtU6Mt2
— Elon Musk (@elonmusk) 5 de febrero de 2018
No va a ser el único lanzamiento de Space X. La nueva carrera espacial se ha iniciado y el cohete Falcon Heavy abre nuevas posibilidades, con la mirada puesta en Marte y el objetivo de establecer colonias humanas.
Musk pretende que esto sea posible a partir de 2022, en una nave que transportaría entre 100 y 200 personas a Marte cada 26 meses, lo que permitiría colonizar el planeta rojo en 100 años. Para ello el gigante espacial está preparando un cohete todavía más potente, el Big Falcon Rocket.