Varios investigadores de cinco universidades europeas están trabajando para crear una herramienta que permita medir la credibilidad de los mensajes vertidos en las redes sociales. El anonimato que proporciona Internet es el caldo de cultivo para que se lancen contenidos que no son veraces. Los investigadores los han categorizado en cuatro apartados: especulación, controversia, desinformación e información incorrecta.
Uno de los problemas más frecuentes que conlleva la red es diferenciar entre lo que es verdad y mentira, debido a la rapidez en el proceso de emisión-recepción.
¿Cómo valorar la credibilidad de los mensajes? Los investigadores de este proyecto están trabajando en el estudio de dos variables: por un lado la autoría o fuente de quien escribe el mensaje, por otro el tiempo que una cuenta lleva dada de alta en una red social determinada.
Autoría.
La categorización de las fuentes se establece en orden de credibilidad del siguiente modo: medio de comunicación, periodista, testigo, miembro del público y ‘bots’. Estos últimos son aquellas cuentas que han sido creadas para escriber mensajes automáticamente).
También se investigará el tiempo que lleva dada de alta una cuenta, con el fin de saber si ha sido creada para difundir posibles informaciones erróneas sobre un evento concreto. Las conversaciones entre usuarios también suponen una buena manera de confirmar o desmentir la informaicón publicada.
De momento sólo se analizarán textos debido a la dificultad que entraña saber si una foto ha sido retocada. En 18 meses se tendrán los primeros resultados. Una vez se analice qué ha funcionado y qué hay que mejorar se creará una herramienta que se pondrá a disposición de medios de comunicación y periodistas.
El proyecto ha sido bautizado como ‘Feme‘, el mismo nombre que recibía el personaje de la mitología griega, famoso por crear y difundir rumoress.