La Unión Europea (UE) terminará con el roaming el próximo 15 de junio. Los europeos han celebrado la medida y ven en ella una oportunidad para la democratización digital. Pero los técnicos no piensan de la misma manera: un grupo de expertos ha determinado que el nuevo proyecto comunitario dificultará el acceso a los más desfavorecidos económicamente y generará problemas entre los países con mayor y menor poder adquisitivo.
“La nueva regulación sobre el roaming (RLAH) puede provocar una transferencia de renta de pobres a ricos, además de permitir estrategias alegales a ciertos operadores para minimizar su impacto”, reza el informe Zero Roaming. A pitfall of European regulation. El documento aporta una serie de conclusiones en relación a las principales consecuencias que tendrá, en usuarios y operadores, el nuevo espacio único para todos los países miembros de la UE.
Una de las principales preocupaciones de los expertos de Altran España, entidad encargada de elaborar el informe, es la desigualdad que generaría entre ricos y pobres la nueva legislación: “Los operadores como Movistar, Vodafone y Orange se verán forzados a incrementar sus tarifas domésticas en caso de que los costes reales de operación de red sean superiores al precio fijado en la regulación”.
En este sentido, los usuarios con menor poder adquisitivo son más perjudicados con el RLAH, ya que suelen viajar menos al extranjero y las tarifas domésticas subirán hasta el 7 % en España durante el presente año.
Pero no solo se notará la diferencia entre europeos, sino que algunos países jugarán en desventaja. «Si los ciudadanos de los países del norte, con más renta per cápita, viajan a países del sur, tienen que sufragar el aumento del tráfico que se necesita por la afluencia de los turistas. El sur está subsidiando al norte», señala Borja García-Canfrán, autor del estudio y director asociado de Business Consulting.
En el informe también se apunta a la falta de visión que la UE ha tenido a la hora de considerar la adecuada estacionalidad: “Hay redes móviles de las poblaciones con alta capacidad turística que tienen que ser diseñadas y dotadas de capacidad para dar un servicio durante unos meses a una población flotante, varias veces superior a la autóctona”. Así, cuando los turistas abandonan la localidad, las redes quedan inactivas durante gran parte del año y los operadores no generan ingresos.
España es uno de los países más afectados, ya que tiene una ratio de 5,58 pernoctaciones de turistas extranjeros por habitante y esa población las recibe en meses estivales, por lo que las redes se tienen que adaptar a los picos.
El equipo de investigadores también ha puesto el foco sobre la posibilidad de que los operadores busquen estrategias “alegales” para minimizar su impacto y sacar provecho de la situación.
Entre ellas, los expertos de Altran mencionan el lanzamiento de tarifas en un país europeo en el que el coste tarifario sea más bajo, pero para utilizar los servicios en otro como, por ejemplo, España.
¿Acceso sin discriminación?
El fin del roaming, o sobrecargos por la itinerancia, en Europa comenzó el 30 de abril de 2016 con la rebaja de los precios por usar los servicios de telefonía móvil desde otros países de la UE. “Hoy es un gran día para los consumidores”, se felicitaba la eurodiputada popular Pilar del Castillo en el último paso antes de la abolición de las tarifas el próximo mes de junio.
Desde la UE siempre han vendido la nueva normativa sobre el sector de las telecomunicaciones como una garantía al acceso abierto a los contenidos de internet, “sin discriminación”.
Sin embargo, según el informe de elaborado por García-Canfrán, esto no es del todo cierto. El RLAH pondrá a la misma altura los ingresos de países como Holanda y Alemania de 40.000 euros con los de otros como España, Chipre y Malta que se encuentran alrededor de los 10.400 – 23.000 euros.