Facebook no informa a sus usuarios de forma “exhaustiva y clara” sobre los datos que recoge y con qué intención los utiliza. La praxis había pasado desapercibida para la mayoría del público, pero no para la la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) que ha sancionado a la multinacional con 1,2 millones de euros. La organización considera que incumple la Ley Orgánica de Protección de Datos (LOP) al “recopilar, almacenar y usar” información protegida y sin permiso con fines publicitarios.
La AEPD se refiere a que Facebook recaba datos de ideología, sexo, creencias religiosas, gustos personales o navegación con pretensiones comerciales y, lo más grave, sin obtener el consentimiento expreso de los usuarios. La red social, según la denuncia, almacena también otros movimientos derivados del tráfico que llevan a cabo las personas en la plataforma y en sitios de terceros sin que estas puedan percibir que se están aprovechando.
Los algoritmos de aprendizaje utilizan la actividad de cada usuario de Facebook para generar un perfil comercial paralelo muy cercano a su personalidad. Data Selfie, por ejemplo, era una aplicación de la Universidad de Cambridge que dejaba al desnudo toda esta información. La herramienta mostraba lo que la compañía de Mark Zuckerberg conoce sobre el individuo, a través del engagement o la interacción con otras personas y el contenido que comparte con sus contactos.
‘Me gusta’, enlaces abiertos, perfiles visitados, tiempo de navegación… los datos se guardan y después se distribuyen a IBM Watson y Apply Magic Sauce, empresas encargadas de procesarlos y revelar las claves que se esconden tras ellos. Es decir, catalogan a los usuarios en base a los movimientos que efectúan dentro de la red social. Cuantos más contenidos y más utilice el individuo la plataforma, más preciso es el informe. Son capaces de determinar el nivel de inteligencia o la satisfacción de la vida de una persona, incluso pueden evaluarla emocionalmente.
Política de privacidad “poco clara”
Facebook siempre se ha escudado en el consentimiento de la política de privacidad. Pero la AEPD ha comprobado que el documento contiene “expresiones genéricas y poco claras”, además de tener que clicar en multitud de enlaces distintos para tener un conocimiento completo e implicar a internautas no registrados que han dejado su huella en la red social.
La multinacional tecnológica incumple así el acuerdo Privacy Shiel, en el que varias empresas norteamericanas se comprometían con los estándares legales europeos de protección de datos.
La app espía de Facebook
Facebook Inc. compró Onavo por unos 150 millones de dólares (casi 130 millones de euros) en 2013. La app tiene como objetivo proteger los datos del usuario mientras navega en su smartphone. Sin embargo, lo que no dice es que el conglomerado de Zuckerberg utiliza esta herramienta para conocer el comportamiento que las personas tienen fuera de sus plataformas: Facebook, Instagram, WhatsApp…
Como en la mayoría de casos cuestionables relacionados con las aplicaciones de móviles, el truco está en la letra pequeña. La política de privacidad advierte sobre el uso de los datos y que pueden ser compartidos con empresas afiliadas, como Facebook. Es lo que la Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos ha denominado como “inteligencia competitiva”.
Facebook es la red social más popular en todo el mundo: de los más de 7.000 millones de habitantes que viven en el planeta, 2.000 millones tienen un perfil creado. Así, en 2016 logró 9.509 millones de euros en beneficios –el triple que en 2015- y el 90 % de sus ingresos los obtuvo gracias a la publicidad.