Hace unas semanas Google anunció que buscaba »exploradores» para probar y desarrollar las Google Glass, el nuevo invento de la compañía del genial buscador, que promete revolucionar la forma en la que miramos el mundo cada día.
La respuesta de los usuarios fue espectacular, y Google se ha visto desbordada por las solicitudes de personas de todo el mundo, desvelando que muchas empresas también se habían ofrecido para entrar a formar parte de ese Programa Explorador, aunque -por ahora- es sólo para personas individuales.
Pero ya sabemos mucho de las Google Glass, y se lo contamos en estas líneas. Ese proyecto nacido en el famoso Laboratorio X de la compañía de Mountain View ha ido mostrando sus futuras potencialidades, con las que está asegurado el éxito entre los amantes de la tecnología.
Las Google Glass están equipadas con una cámara integrada, un micrófono y conexión a internet a través de wifi o Bluetooth, que se activa mediante el uso de órdenes de voz.
Unas pequeñas pantallas incrustadas en los cristales permiten leer textos o mensajes. La apuesta por el proyecto es obra de Sergey Brin, uno de los fundadores de Google, las está usando regularmente y ya ha sido »cazado» llevándolas en el Metro y frente a cientos de desarrolladores reunidos en la conferencia anual de google en San Francisco, California.
Las Google Glass hacen las mismas tareas que los smartphones, pero se activan mediante el uso de comandos de voz en lugar de emplearse una pantalla táctil.
No hará falta esperar mucho para verlas en el mercado. Después de que acabe el programa de pruebas que llevarán a cabo los 8.000 voluntarios seleccionados por Google, es previsible que salgan al mercado, antes de que acabe 2013.
Fue el propio Sergey Brin quien anunció que el revolucionario dispositivo de Google será comercializado al público por un precio inferior a 1.141 euros. La realidad es que parece un precio demasiado alto para conquistar al mercado masivamente. Pero nadie olvida lo que ha sido capaz de hacer Google con su Tableta Nexus, lanzando un dispositivo por sólo 199 euros, cuando el sector lo daba por imposible.
En lo que al diseño respecta, hemos de recurrir igualmente a Brin, quien explicó que «las gafas de Google liberan los ojos y las manos en las situaciones en que queremos estar conectados a internet fuera de nuestro domicilio». Con ese objetivo, «pusimos la pantalla por debajo de la línea de visión», explicó Brin. «Si fuera una gorra la pantalla estaría en la visera y no donde miráis. En cuanto al sonido pasa a través de vuestro cráneo. Al comienzo resulta extraño pero uno se acostumbra rápido».
Pero el desembarco de las Google Glass en el mercado no será fácil, por muchas razones. Después de que un bar de Seattle (Washington, EE.UU.) haya prohibido las gafas de Google para proteger la privacidad de sus clientes, y tras la aparición de una plataforma en contra de este proyecto de la compañía estadounidense para «frenar a los cyborgs», el Estado de Virginia también se revela contra las gafas de realidad aumentada. En concreto, un grupo de legisladores está intentando que se prohiba llevar puestas las Google Glass mientras se conduce.
En España, la Agencia de Protección de datos ha anunciado que vigilará que las gafas de Google respeten la intimidad. «No podemos pronunciarnos sobre el funcionamiento de un dispositivo que aún no ha salido al mercado y del que se desconocen sus términos y condiciones de su uso. De ser ciertas las informaciones difundidas, es indudable que este proyecto va a tener importantes implicaciones desde el punto de vista de la privacidad».