José Bretón no hizo una hoguera, sino un horno crematorio en la finca de Las Quemadillas. Así lo sostienen peritos que han analizado la morfología del suelo donde se encendió esa candela y que han testificado en el juicio en la Audiencia de Córdoba contra Bretón por los asesinatos de sus hijos Ruth y José de seis y dos años.
Luis Avial, responsable de la empresa Condor Georrádar, que realizó pruebas sobre el terreno en la finca, ha declarado que encontró una huella rectangular de un fuego que no fue normal. Ha explicado que en la zona de la candela se había registrado una combustión muy alta, hasta el punto de que se había fraguado arcilla en el suelo. Según su relato, por la morfología de la huella, más que una hoguera, se había hecho un horno. Esta misma impresión tuvo el profesor Etxeberría, cuyo análisis forense determinó que los restos hallados en la hoguera eran de humanos. Este forense declarará esta semana en el juicio.
Por su parte, los técnicos del Infoca de Córdoba han determinado que Bretón usó más de 250 kilos de material vegetal, como ramas y troncos, y alrededor de 80 litros de gasóleo para encender la hoguera, que alcanzó una temperatura máxima de 1.000 grados. Con esta temperatura, los expertos consideran que se pueden pulverizar restos humanos y borrar huellas, tal y como se recogen en informes del sumario del caso.
El director en Córdoba del Infoca, Eduardo Nicolás Dueñas, ha explicado que detectaron una “gran columna de humo” de hasta 400 metros de altura en la zona del polígono de Las Quemadas, que no tenía su origen en un incendio forestal. El fuego se podía ver a 56 kilómetros de distancia.
Los expertos en incendios de la Junta de Andalucía realizaron una reconstrucción de la hoguera que determinó los materiales que Bretón pudo usar en el fuego. El informe pericial señala que en dicha hoguera se utilizaron más de 250 kilogramos de material vegetal y cerca de 80 litros de combustible acelerante, como puede ser el gasóleo. El acusado pudo haber usado el acelerante sobre las 17:00 horas del 8 de octubre de 2011, que es cuando se detecta la enorme columna de humo-
Sobre el olor desagradable y raro que percibieron vecinos de la zona, cuyos testimonios se han recogido en el juicio, los técnicos han indicado que puede deberse ese hedor a la quema de material orgánico y de restos humanos.
Los peritos han llegado a la conclusión de que en la hoguera, en una primera fase, pudieron quemarse materia vegetal, tejidos, papeles, y después, materia orgánica, que bien podía corresponderse con basura o con restos humanos.
En la segunda fase, la hoguera generó una mayor columna de humo negro y más densa que la inicial, por lo que se puso emplear algún tipo de acelerante, como combustible diésel. Por último, en la última fase, la hoguera se dejó que se apagara por sí sola, lo que determinó que a las 12 de la noche aún quedaran ascuas calientes y se generó una capa de ceniza de cinco centímetros de altura.