Los padres de Asunta, la niña hallada muerta el pasado 22 de septiembre, se negaron a acudir al lugar donde se encontraba su hija muerta para identificarla, pese a que la Policía Judicial les dijo que efectivamente se trataba de su hija.
En estos casos la Policía se reúne con los familiares para darles la noticia y, ya de paso, plantearles la posibilidad de ir a identificar el cuerpo.
Según publica el Correo Gallego, Rosario se negó a ir aludiendo que esa no podía ser su hija, que buscaran bien. En cambio, el padre únicamente salió de la habitación para fumarse un cigarrillo.
La Policía insistió en que los acompañaran debido a que las características que habían descrito en la denuncia coincidían con los restos encontrados. Aun así declinaron el ir.
A partir de entonces, y según informa el periódico, los padres pasaron a ser los principales sospechosos del crimen debido a su reacción, lejana a la angustia intrínseca que acarrea el hecho de perder a una hija.