En tan solo una semana se han encontrado muertos a tres menores. Asesinados por su mismo padre o por la pareja de la madre. Tampoco hay que olvidar el triste y dramático caso del cadáver un pequeño de dos añitos abandonado en las vías de tren de Oviedo. Cuatro niños indefensos han sido asesinados por sus progenitores o la pareja de los mismos.
Este jueves un vecino de la localidad asturiana de San Juan de la Arena, de 55 años y recientemente separado de su mujer, se ha suicidado hoy tras, al parecer, matar a sus dos hijas de 7 y 9 años, que vivían habitualmente con su madre.
Ésta es la principal hipótesis que barajan los investigadores, después de localizar en la vivienda de alquiler donde han sido hallados los cadáveres de las dos niñas y en la que residía su padre.
Por el momento, la Guardia Civil no descarta ninguna posibilidad, pero baraja el parricidio como principal hipótesis.
Fuentes cercanas a la investigación han señalado que en el domicilio donde fueron encontradas muertas las dos niñas había restos de sangre en el felpudo de la entrada.
La Policía Local se había desplazado hasta el inmueble tras ser informada por la Guardia Civil de la localización a media tarde bajo un viaducto de la autopista A-8 del cadáver de J.I.B.A., de 55 años.
Al notificar la muerte a sus familiares, éstos expresaron su preocupación por la suerte de las dos niñas que hoy debía entregar a su madre, de la que se encuentra separado y con quien las pequeñas vivían habitualmente.
La Guardia Civil accedió después al domicilio donde residía el padre y localizó los cadáveres de las dos niñas en el piso que este hombre había alquilado tras su separación. Presuntamente, han sido asesinadas a golpes con una barra metálica, sin compasión.
San Juan de la Arena es una localidad costera de poco más de 1.500 habitantes que forma parte del municipio de Soto del Barco y que se encuentra a unos 45 kilómetros al oeste de Oviedo.
Madre e hija son halladas muertas en Zaragoza asesinadas por su ex pareja
Raúl Álvarez, el asesino confeso de su ex pareja Adolfina Puello y la hija de ésta, Angelys, de nueve años, siguió haciendo vida normal tras acabar con la vida de ambas sin dar muestras de dolor, nerviosismo o arrepentimiento alguno, según fuentes de su entorno ante los que argumentó que había roto con la mujer y había vuelto a casa de sus padres.
De hecho siguió viéndose con sus amistades habituales ante los que mantenía una actitud normal, indican estas fuentes para las que la detención de este joven ha supuesto una sorpresa ya que no se esperaban que pudiese llevar a cabo una acción de este tipo.
Ambas fallecidas eran dominicanas. La menor era fruto de una relación anterior de Adolfina Puello con un hombre que falleció también trágicamente en República Dominicana. Fue la abuela paterna, residente en España, la que denunció la desaparición de ambas el pasado 30 de junio.
Adolfina tenía pensado tomar un vuelo a su país, pero no llegó ni a coger sus maletas de casa. Raúl Álvarez tenía desde hace tres años una relación sentimental con ella y pasaba buena parte del tiempo en la casa de Adolfina, situada en la calle Sancho Panza del barrio madrileño de Vallecas.
La magistrada titular de Juzgado de Instrucción número 9 de Madrid acordó este miércoles prisión provisional comunicada y sin fianza para Raúl Álvarez, un día después de que la Policía encontrase los cadáveres de sus víctimas en un pozo del pequeño municipio de San Vicente de la Cabeza (Zamora). Los restos mortales fueron trasladados al Anatómico Forense de la capital zamorana.
Raúl Álvarez trató de engañar a la Policía durante la investigación, pero los agentes detectaron las contradicciones en su discurso, lo que permitió dar con los restos de las dos víctimas.
El arrestado prestó declaración en dos ocasiones ante los agentes de la Policía Nacional. Según han informado a Europa Press fuentes conocedoras del caso, por medio de instrumentos tecnológicos los investigadores detectaron la pista del ahora detenido y las dos víctimas el 30 de junio a la altura de Ávila, de camino al norte. A partir de ahí se les perdió el rastro.
Durante el interrogatorio policial los agentes le preguntaron hacía dónde iba aquel día y Raúl Álvarez afirmó que iba a visitar a sus padres a la casa que tienen en el pequeño pueblo zamorano de San Vicente de la Cabeza. Se trata de un municipio cercano a la frontera con Portugal que no llega a 500 habitantes.
Un niño muere a causa de una brutal paliza
El cadáver de un niño de dos años fue encontrado a principios del mes de noviembre por operarios de mantenimiento de Adif mientras realizaban labores de desbroce junto a las vías de tren, entre el apeadero de FEVE y el barrio de Vallobín de la capital asturiana.
Los trabajadores encontraron entre la maleza un envoltorio de telas del cual sobresalía un pequeño pie, junto a una maleta abierta y sin contenido.
La búsqueda de la madre del menor y de su pareja se inició tras la identificación del cadáver del menor en la autopsia practicada en el anatómico forense, que reveló una muerte violenta por múltiples lesiones el pasado 31 de octubre.
Tras constatar la desaparición de ambos de su círculo habitual, se dictó una orden de búsqueda nacional e internacional para proceder a su detención.
El operativo del Cuerpo Nacional de Policía de León se había intensificado desde el pasado fin de semana al tener fundadas sospechas de que ambos se encontraban en la capital leonesa.
El cerco policial establecido generó que el compañero sentimental de la madre del pequeño avisara a primera hora de la tarde de ayer al 112 de su intención de entregarse, información que fue trasladada a la Sala del 091 del Cuerpo Nacional de Policía, lo que dio como resultado la localización e inmediata detención de estas dos personas.
El niño residía junto con su madre y la pareja de ésta en un piso de alquiler en la capital asturiana, adonde se habían desplazado recientemente desde la provincia de Málaga.
Ahora, la juez ha decretado prisión provisional, comunicada y sin fianza, para la madre del niño de dos años cuyo cadáver fue hallado la semana pasada cerca de las vías del tren del barrio ovetense de La Argañosa y su pareja, a los que imputa un delito de asesinato con alevosía y ensañamiento.