Un hombre llamado Bruno F., de 33 años ha sido detenido en Madrid y se encuentra en prisión provisional acusado de matar a una mujer, cuyo cuerpo aún no ha aparecido. Ese fue el primer titular de una truculenta historia.
El hermano de la argentina Adriana Gioiosa, de 55 años, empieza a preocuparse porque no da señales de vida. Solían hablar por teléfono, pero lleva días sin saber nada de ella. De repente un mensaje avisándole de que iba a hacer un largo viaje y estaría desaparecida un tiempo. El hermano no lo duda y viaja a Madrid para intentar saber de su hermana. Acaba en la comisaría denunciando su desaparición.
Interpuso una denuncia el pasado 30 de marzo en el cuartel de la Guardia Civil. Las investigaciones llevaron a los agentes al chalé de la urbanización de La Sacedilla en Majadahonda (Madrid), en el que vivía de alquiler junto a un hombre, que entró en contradicciones al ser preguntado por la desaparecida.
La Guardia Civil ha localizado a cuatro de los seis últimos inquilinos de la casa de Majadahonda, pero una de las personas que aún no han sido encontradas es la propietaria del chalé de la urbanización de La Sacedilla, tía del detenido, quien ha justificado su ausencia alegando que se trasladó a una residencia de ancianos aunque dijo no recordar cuál. Los agentes no la han encontrado todavía en ningún asilo.
Una picadora de carne
La otra persona de la que no hay rastro es precisamente Adriana. En las diversas inspecciones del chalé de Majadahonda donde vivía la mujer, los agentes de Criminalística encontraron una picadora industrial de carne y una mancha sangre humana en una pared pero sin posibilidad de identificación, ya que los restos estaban contaminados con lejía.
Por su parte, los perros del Servicio Cinológico hallaron restos de sangre en la bañera y en un desagüe, así como algunas »fibras» y pelos. Y, por otro lado, en la casa en la que residía el detenido en Móstoles se han encontrado el teléfono móvil de la presunta víctima y su coche en una calle cercana, donde también han buscado restos biológicos.
Todas las pruebas recopiladas han sido derivadas al laboratorio criminalístico. Si son válidas las cotejarán con las facilitados por el hermano de Adriana, que ha viajado de Argentina para ayudar a la investigación.
En el vertedero
Asimismo, la Guardia Civil sigue rastreando la parte del vertedero de Pinto en la que acaban las basuras de la urbanización La Sacedilla de Majadahonda. Las basuras han quedado inmovilizadas para su estudio.
Y es que la principal hipótesis es que Bruno, con problemas psiquiátricos, mató en un brote a la inquilina, con la que no se llevaba bien. Posteriormente, la descuartizó y arrojó los restos humanos al contenedor cercano a su casa. También pudo intentar borrar huellas y restos del crimen limpiando el chalé con grandes dosis de lejía y pintando la casa.
Además, según las mismas fuentes, intentó confundir a los familiares y compañeros de trabajo de Adriana mandándoles mensajes de texto por su teléfono, un terminal con el que se habría trasladado a Barcelona para despistar a los agentes.
Alguno de estos datos podrían confirmarse una vez el Juzgado de Instrucción número 1 de Majadahonda, que lleva el caso, levante mañana o el viernes el secreto del sumario, han indicado a Europa Press fuentes judiciales.