La Policía ha recuperado en Madrid seis de los 19 coches de lujo robados este fin de semana en una nave de una empresa de compraventa de automóviles la calle de Isla de Java 16, en el distrito de Fuencarral-El Pardo.
Fuentes de la Jefatura Superior de Policía de Madrid han confirmado a Efe que los seis coches han sido localizados en la capital y han indicado que por el momento, hasta primera hora de la tarde de hoy lunes, no se ha producido ninguna detención en relación con este asunto.
Dado que la investigación sigue abierta, la Policía no ha querido trasladar ninguna otra información por ahora.
Entre los coches recuperados hay un Jaguar XKR, un BMW X5, un A6 y un Mercedes S350, ha indicado a Efe el propietario de la compañía, Juanjo López.
La empresa, J.L. Automóviles, había ofrecido 100.000 euros de recompensa a quien aportase información que permitiese encontrar todos los vehículos, aunque la recuperación de los coches no está relacionada con ella, según López.
Según informaron Efe fuentes de la Jefatura Superior de Policía, los ladrones, un número indeterminado de personas, entraron a la nave, en la que había 120 vehículos, a través del tejado y se llevaron los 19 coches con las llaves.
El propietario afirmó ayer que las llaves no se guardan jamás en la nave pero que en esta ocasión, casualmente o no, un trabajador que llevaba unos dos meses y medio en la empresa las dejó allí mismo.
Este empleado ya ha sido despedido y, según el propietario de la compañía, se van a adoptar medidas judiciales contra él.
J.L. Automóviles había abierto un nuevo local hace sólo un mes y ahora, tras este «mazazo bestial», en palabras de López, la empresa tendrá que prescindir de algunos de sus 10 empleados, en función de si se recuperan o no los coches robados.
Los empleados de la empresa afectada se percataron del robo el sábado por la mañana cuando acudían a trabajar y, tras llamar a la policía, advirtieron de que, además de los coches robados, otros 17 habían sido dañados con objetos contundentes, al parecer para hacer hueco para mover los que fueron sustraídos.
Antes de cometer sus robos, los ladrones colocaron las cámaras de vigilancia mirando hacia el cielo y destrozaron las alarmas.