En el auto del juez en el que imputa a Bretón dos asesinatos, asegura que el imputado los asesinó probablemente al llegar a la finca. Y para ello, colocó los cuerpos en un lecho con foondo de leña de olivo en forma rectangular, y vertió sobre ellos los 140 litros de gasóleo para que alcanzara elevadísimas temperaturas. Los cuerpos podrían haber alcanzado temperaturas de hasta 800 grados; a partir de 300 el ADN se destruye. Así, identificar a Ruth y José es prácticamente imposible, aunque el juez le ha hecho un encargo a un laboratorio gallego pionero en estos temas.
Asimismo, una fotografía de termografía tomada durante los registros de Las Quemadillas demuestran que José Bretón tenía una temperatura corporal 2 grados por encima del resto, lo que los investiigadores tomaron como síntoma de nerviosismo. Las imágenes, tal y como ha desvelado el programa Equipo de Investigación de Antena3, se tomaron durante el registro que la Policía Científica hizo de la hoguera en la finca de Las Quemadillas.
Bretón tiene una personalidad marcada por rasgos manipuladores, y es una persona obsesiva. Así se desprende de los informes psiquiátricos que se le practican tras su detención, y que se filtraron a los medios de comunicación. El efecto mnás destacado de su biografía es que estuvo en Kosovo como conductor de ambulancias. Nunca tuvo un trabajo estable; de hecho, cuando se produjeron los hechos llevaba un año y medio en el paro. Él era el que se encargaba de las tareas del hogar.
Informes sobre los huesos
El programa también recuerda que la perito Josefina Lamas explicó en su primer informe que ni los huesos eran humanos ni en la hoguera de Las Quemadillas se había quemado ningún resto humano. La perito Josefina Lamas, que está expedientada por la Policía, aparece en un reportaje para Equipo de Investigación de Antena3 grabado tan sólo tres meses antes de que se hiciera público el informe en el que se daba al traste con todas las teorías iniciales.
El antropólogo Francisco Etxeberría redactó su informe en tres días. En las 100 páginas, contradice rotundamente le primer estudio de la Policía Científica, y señala con rotundidad que son restos humanos, y que se corresponderían perfectamente con los niños Ruth y José. El propio Etxebarría le ofreció a Francisca firmar el informe conjuntamente con él, pero ella no accedió.
Ahora, cuatro informes forenses avalan los indicios recabados durante un año de investigación. Juan López Palafoz, ex director de Policía Cientíifica asegura que los informes de este tipo no se pueden hacer rápidamente y con presiones.
Ruth Ortiz no ha vuelto al trabajo
Desde que se supo que los restos hallados en la hoguera de Las Quemadillas, nada se ha vuelto a saber de Ruth, la madre de los pequeños. No ha vuelto a trabajar a su puesto en la Delegación de Salud de la Junta de Andalucía.
Tampoco sus vecinos la han visto desde entonces. Su casa, desde la que precisamente se ve el patio del colegio al que acudía su niña, está cerrada a cal y canto. Ruth, que siempre ha estado muy protegida por su familia, se ha mudado de casa.
Durante una entrevista, Ruth señala que siempre supo que Bretón había sido el responsable. «Yo tengo la conciencia tranquila y otros no la deben tender».» Esa familia es algo distinto a lo normal», llegó a asegurar Ruth sobre los Bretón: «Como una secta, pero en familia».
Declaraciones de Bretón desafiantes
El programa repasa también las declaraciones que José Bretón ha realizado ante el juez. La primera, apocado; la última, desafiante con el juez, al igual que había sido desafiante con la Policía. Desde el momento en que sabe que la Policía asegura que los restos son de roedores, Bretón sabe que tiene mucho ganado.
Así, los siete meses que había pasado Bretón en la cárcel lo único que habían hecho era envalentonar al detenido. Niega todo lo que se ha dicho hasta la fecha, también las confesiones que le hizo a su »policía sombra», aquel que se ganó su confianza en los primeros días. Este mismo efecto se produce casi un año después de los hechos… hasta que los informes periciales dan al traste con su coartada.
Porque Bretón, que fue de nuevo llevado a la finca de Las Quemadillas tras saberse que los huesos eran, definitivamente humanos, sigue negando los hechos, pero está contra las cuerdas. Tanto, que el juez le acaba imputando dos delitos de asesinato con alevosía.