El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, envió anoche (madrugada en España) un mensaje contudente a la sociedad americana. Obama parece dispuesto a dar pasos importantes respecto a la violencia en el país y aseguró que tragedias como la de Newtown no pueden volver a repetirse y que hay que acabar de una vez con estas matanzas que se suceden en Estados Unidos.
Obama había llegado en la tarde del domingo a la localidad de Newtown (Connecticut), donde el viernes tuvo lugar la masacre en la escuela que acabó con la vida de 27 personas, 20 de ellas niños. Acudió a la ciudad para «acompañar a las familias de aquellos que han perdido la vida y agradecer a los primeros en responder» ante la tragedia, según informó en un comunicado el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney.
Lo primero que hizo el presidente fue reunirse en privado en la Escuela de Newtown High, a algo más de un killómetro de la escuela infantil Sandy Hook, con las familias de las víctimas y con el personal de emergencia que acudió al colegio para auxiliar después de que se iniciasen los disparos.
Luego Obama, participó en la vigilia de diversas religiones por las familias y las víctimas así como por las familias de los alumnos en la Newtown High School. Un gran número de niños pequeños con sus padres, así como cientos de personas abarrotaban desde una hora antes el auditorio de la escuela secundaria para la vigilia. En el púlpito donde se situó el presidente había 26 velas en honor a los 20 niños y las seis trabajadoras de la escuela Sandy Hook. Cuando aparecieron en el salón de actos los representantes de la policía fueron recibidos con una gran ovación.
Obama llegó al auditorio a las ocho de la tarde (las dos de la madrugada hora española) y fue recibido con aplausos. Sentado en primera fila, el presidente escuchó al reverendo Matt Crebbin, ministro de la Iglesia de la Congregación de Newtown, que abrió el acto. «Estamos aquí para aforecer nuestro amor y nuestras oraciones por nuestra comunidad», dijo. «Todos los que estamos aquí, de todas las relegiones, estamos dispuestos a ofrecer apoyo a todo al que no tiene fe. Esto también va por los políticos. Todos estamos juntos». También tomaron la palabra el rabino Shaul Praver y el reverendo Mel Kawakami, pastor de la Iglesia Metodista de Newtown. Luego Kathie Adams-Shepherd, rectora de la Iglesia Episcopal de Newtown, fue la encargada de rezar una oración. Por último, un niño de la comunidad musulmana entonó un rezo en árabe.
También habló Pat Llodra, la alcaldesa de Newtown que afirmó al público que «tenemos una gran carga y un gran reto que debemos afrontar. Las familias deben saber que las amamos y que estamos con ellas».
Fue a las 20:50 horas (2:50 hora española) cuando Barack Obama subió al estrado y se dirigió al pueblo de Newtown. «Las escrituras nos dicen que no nos descorazonemos. Lo que vemos es temporal, lo que no vemos es eterno. Cuando lo que tenemos se destruye sabemos que hay un edificio erigido en el cielo» fueron sus primeras frases.
«No estamos haciendo lo suficiente por proteger a nuestros hijos»
«He venido a Newtown a ofreceros el amor y las oraciones de toda la nación. No estáis solos en vuestro dolor, debéis saber que todo el país está devastado. En lo que os podamos ayudar, os ayudaremos», aseguró el presidente. «Las historias de fuerza, resolución y sacrificio nos reconfortan. Cuando llegó el peligro, los profesores respondieron como esperamos que lo harían en esas circunstancias, con coraje y amor», expresó en recuerdo de las víctimas a las que enumeró una a una en uno de los momentos más emocionantes de su discurso.
El presidente fue mucho más contudente cuando aseguró que «La tarea de cuidar de vuestros hijos y de educarlos es una responsabilidad de toda la nación. Todos somos padres que nos preocupamos por nuestros hijos, ese es nuestro principal trabajo. No estamos haciendo lo suficiente por proteger y cuidar a nuestros hijos. Desde que soy presidente es la cuarta vez que asisto a un acto como el de hoy. No podemos tolerar esto nunca más. Estas tragedias deben terminar de una vez», dijo de forma tajante. «Ninguna ley puede evitar la maldad en nuestro país, pero si podemos dar pasos para evitar tragedias como esta o como la de Columbine, debemos darlos, debemos intentarlo. No podemos aceptar casos como estos como algo habitual. No podemos excusarnos con que la política es compleja para tolerar estas matanzas un año tras otro. Hay algo de lo que podemos estar seguros. Tenemos el amor, el amor por nuestros hijos, por nuestras familias, el amor de los unos por los otros. Vosotros, el pueblo de Newtown nos habéis recordado eso. Que el amor es lo único importante», concluyó el presidente volviendo a citar los nombres de todos los fallecidos.