Navalmoral de la Mata sólo cuenta con 20.000 habitantes, pero ser una localidad pequeña no los achanta para enfrentar el problema de las actitudes sexistas de frente y sin miedo. Y es que de 100 bares abiertos 80 se han comprometido a vigilar que no existan agresiones sexistas ni a clientas ni a profesionales con una campaña de choque que nace de varias asociaciones y agrupaciones feministas.
La estrategia es simple, pero efectiva: han conseguido repartir 4.000 servilletas con misivas como «No es no», «Este cuerpo es mío, no se agrede, no se vende, no se mata… se respeta», «Insistir es acosar, acosar es agredir». Tras aceptar el compromiso, los locales colocan un cartel: «LOCAL LIBRE DE AGRESIONES SEXISTAS» para avisar a agresores y testigos: las actitudes sexistas y denigrantes deben quedarse en la puerta.
»Llevaba cuatro copas» ya no vale
Techi García es la concejala de mujer e igualdad en el ayuntamiento de Navalmoral y asegura que es una batalla lenta pero que piensan ganar. Para la concejalía la acreditación contra estas agresiones no es un mero cártel, sino que los bares tienen una verdadera obligación de “velar para que no haya más”, algo importante sobre todo en locales nocturnos. “Ya no vale el ‘pobrecito, llevaba cuatro copas’. Los dueños de los locales donde se sirven bebidas tienen que cuidar y prever que esto no suceda. Si una chica no quiere tomarse una copa contigo es ‘no’”.
¿Y funciona? Desde el ayuntamiento ven ya un progreso evidente. “Una simple servilleta puede marcar el rumbo de la conversación de una mesa. Eso ya es un éxito”.
Y no sólo disponen de servilletas. Desde la concejalía han decidido crear un vídeo para reproducir en bucle en los locales de copas y ambiente, contextos donde estos episodios son más frecuentes de lo que deberían. El resultado es una campaña directa y visual para concienciar a víctimas, agresores y testigos de que no todo vale en el barullo de la fiesta.
Desde el otro lado de la barra
Con esta campaña el ayuntamiento quiere evitar comportamiento sexistas no solo a clientas sino que también a las profesionales de la hostelería. El cartel luce en uno de los bares de carretera de la autovía de la ruta de la plata. A los clientes, viajeros a Andalucía o Madrid, les llama la atención el cartel y lo comentan, según cuentan una de sus trabajadoras.
Lidia, dueña de su propio negocio dentro del pueblo, alguna vez ha tenido que escuchar como clientes la requerían con un innecesario ‘guapa’. En el bar, como todo, algunos hombres están “menos avanzados que otros”, según nos cuenta. Para Lidia la campaña sirve, pero el camino aún es largo en un sector donde las mujeres están especialmente expuestas. “La gente no se consciencia y debe hacerse más”,