El cuerpo del rehén italiano Franco Lamolinara, que resultó muerto junto al británico Cristopher McManus en una fallida operación de rescate el pasado jueves en la ciudad de Sokoto, en el norte de Nigeria, llegó hoy a Italia a bordo de un avión militar.
En un acto retransmitido por televisión, el Airbus de la Aeronáutica Militar italiana que transportaba el cadáver del ingeniero aterrizó a las 13.45 hora local (12.45 GMT) en el aeropuerto romano de Ciampino, adonde acudió el ministro de Defensa, Giampaolo di Paola, en representación del Gobierno.
Junto al ministro, varios familiares de Lamolinara, entre ellos sus hermanos Ángela y Bruno y uno de sus dos hijos, Mattia, de 19 años, aguardaban la llegada del cuerpo, al que se le practicará ahora la autopsia.
El cuerpo de Lamolinara, que, según fuentes de la seguridad nigeriana, ha sido objeto de varios disparos, frente a otras versiones que hablan de un solo tiro de gracia, había sido trasladado a la capital de Nigeria, Abuya, desde Sokoto en la tarde de ayer.
Según el testimonio de cinco detenidos relacionados con los secuestradores de Lamolinara y McManus que recoge el diario nigeriano «The Nation», los captores tenían orden de matar a los rehenes en el caso de que se llevara a cabo una operación por parte de fuerzas de seguridad para su liberación.
Mientras, continúa la polémica por el hecho de que, según la versión oficial ofrecida, no se informase a las autoridades italianas de la operación de rescate llevada a cabo por las fuerzas nigerianas y británicas hasta que esta había ya comenzado.
Sumándose a la exigencia lanzada ayer por el presidente de la República, Giorgio Napolitano, y el ministro de Exteriores de Italia, Giulio Terzi, el líder de la principal formación política de centroizquierda, Pier Luigi Bersani, del Partido Demócrata (PD), afirmó hoy que el Ejecutivo británico «tiene el deber de intentar dar alguna explicación» sobre lo sucedido.
Lamolinara y McManus, que fueron secuestrados en su apartamento por un grupo de hombres armados en mayo de 2011, trabajaban para la compañía Stabilini Visinoni en la construcción de un edificio para una institución bancaria en Birnin Kebbi, capital del estado nigeriano de Kebbi (noroeste).