Miguel Blesa, expresidente de Caja Madrid de 1996 a 2009, ha sido hallado muerto en la finca de caza «Puerto del Toro», en Córdoba, con un tiro en el pecho. Las primeras hipótesis apuntan a un suicidio dentro del vehículo de Blesa. El disparo fue escuchado a las 07:45 por los guardias de la finca, antes de que el banquero se levantase del desayuno con su amigo Rafael A. Alcaide.
Una reunión con un ingeniero de Sevilla
Las primeras informaciones indicaban que Miguel Blesa se encontraba en la finca para ir de cazería. Sin embargo, Fermín Gallardo, uno de los gestores del coto «Puerto del Toro», ha desvelado algunos detalles del suceso para teinteresa.es. «Lo de la cazería es falso. Miguel llegó a la finca por la noche, tarde, para dormir, porque salió de Madrid a las 02.00 de la madrugada. Al día siguiente tuvo un encuentro con »el ingeniero», Rafael Alcaide«.
Desde la finca informan que el expresidente de Caja Madrid se encontraba con Alcaide, unos guardias de la finca y una de las esposas de los guardias. En un punto del desayuno, Miguel se levantó para, supuestamente, dar el número de su esposa al ingeniero Rafael Alcaide.
Después, los asistentes escucharon un disparo que se habría dado Miguel en el coche, en un garaje semi-subterraneo en uno de los apartamentos de la finca. El rifle lo llevaba ya en el maletero de su vehículo. El tiro sonó a las 07:45.
Condenado por las tarjetas black
Miguel Blesa había sido condenado a seis años de prisión por el caso de las Tarjetas Black, junto con el exministro de economía Rodrigo Rato, que fue condenado a 4 años. Sobre ambos también caía una inhabilitación para actividades bancarias durante la duración de la condena. El banquero pasó 15 días en la prisión de Soto del Real, de la que salió tras pagar una fianza de 2,5 millones de euros que le imponía el juez Elpidio José Silva, actualmente inhabilitado para ejercer.
El expresidente de Caja Madrid recibió la condena más alta de los 65 encausados por el uso de estos plásticos. La Sección Cuarta de la Sala de Lo Penal determinó que actuó al margen de la legalidad al atribuirse a sí mismo y los otros beneficiarios una tarjeta corporativa al margen del salario acordado y cuyo uso no precisaba de justificación de gastos.
Su defensa, que durante los cuatro meses que duró la vista oral insistió en que los acusados estaban siendo condenados antes incluso de existir sentencia, recurrió la resolución no firme ante el Tribunal Supremo, que estaba pendiente de pronunciarse sobre la misma.
«Ni desanimado ni deprimido»
Según han informado fuentes a Europa Press, Miguel Blesa no se encontraba en los últimos días desanimado ni deprimido, aunque preocupado a veces por el devenir de la batalla judicial que afrontaba desde hace años, informaron a Europa Press en fuentes de su entorno.
Las mismas fuentes destacan que el fallecimiento de Blesa se ha producido en un momento que no era el peor para el exbanquero, ya que albergaba «serias esperanzas de que el Tribunal Supremo le diera la razón en el caso de las tarjetas black, tras recurrir la pena de prisión de seis años que le impuso la Audiencia Nacional.
El entorno de Blesa destaca además el «ánimo alto» del que solía hacer gala el exdirectivo, si bien reconocen que el proceso judicial que afrontaba era complicado y que podría haber acusado en cierta medida el «vapuleo sistemático» al que se había visto sometido por parte de la opinión pública.
Uno de los momentos más duros desde el punto de vista de su imagen, reconocen, fue cuando el fiscal tildó de «depredadores» a los exconsejeros de la caja que se beneficiaron de las tarjetas black, calificativo que le dolió especialmente.
«Pero en los momentos más duros jamás se le vio abatido, y curiosamente este no era el peor momento por el que estaba pasando, de hecho, era el más tranquilo», indican las fuentes, que piden cautela a la hora de especular con las circunstancias de la muerte del exbanquero, algo que, según recalcan, tendrá que determinar el juez.
Pendiente de otros casos
Paralelamente el banquero tenía pendiente otra causa instruida en los juzgados en Plaza Castilla también relacionada con su gestión al frente de la caja madrileña. La titular del Juzgado de Instrucción número 45 de Madrid, Luisa María Prieto, dictó también en febrero auto de apertura de juicio oral por el que le sentaba en el banquillo a él y al exdirector financiero de la entidad Ildefonso Sánchez Barcoj por un delito de administración desleal derivado de los sobresueldos irregulares que, según el FROB, causaron un perjuicio económico de 14,8 millones de euros.
El expresidente de Caja Madrid estaba a la espera de conocer la fecha de celebración de este nuevo juicio en el que se enfrentaba a una petición de cárcel de 4 años por parte de la Fiscalía Anticorrupción.