El periodista estadounidense James Foley, decapitado por los yihadistas del Estado Islámico (EI) en Siria, y al menos otros tres rehenes fueron sometidos a la tortura de la «bañera», un simulacro de ahogamiento, según reveló este viernes el Washington Post.
Estas supuestas prácticas tuvieron lugar a principio de su cautiverio –Foley fue secuestrado en noviembre de 2012– y se repitieron en varias ocasiones, según relataron al diario fuentes conocedoras de la situación de los rehenes occidentales del EI en Siria.
La llamada tortura de la «bañera» es una práctica usada en los interrogatorios de reos para forzar confesiones y que la CIA reconoció haber aplicado con presuntos terroristas tras los atentados del 11 de septiembre. El presidente Barack Obama prohibió este método al llegar a la Casa Blanca y lo condenó por ser una forma de tortura.
Los críticos del uso de esta técnica han asegurado durante años que ponía en peligro a americanos, ya que podrían ser sujetos al mismo tratamiento brutal por parte de los enemigos. «La técnica de la bañera data de la inquisición española y ha sido una técnica preferida de los dictadores a través de los años, incluídos Pol Pot y el régimen de Birmania», aseguró en 2008 Dianne Feinstein y Sheldon Whitehouse en un artículo, «condonar la tortura abre las puertas a que nuestros enemigos hagan lo mismo con las tropas americanas capturadas en un futuro».
Se trata de un ahogamiento controlado en el que se inmoviliza al reo (atado a una silla con el respaldo en el suelo o colgado boca abajo), se le tapa la cara con un trapo y se le vierte agua encima, que inmediatamente penetra en las vías respiratorias causando una sensación de asfixia.
«Sabían exáctamente cómo realizar la técnica«, apunta una fuente consultada por el Post, que también añade que a los rehenes se les sometía a simulacros de ejecución, algo que también realizaban agentes de la CIA con presos yihadistas, aunque sin aprobación de las autoridades.
Ni la familia de Foley ni el FBI han confirmado que los rehenes del EI en Siria hayan sido víctimas de estas prácticas. Se cree que Foley había sido especialmente maltratado por los terroristas después de que se descubriera que su hermano es soldado del ejército norteamericano, por unas fotos que tenía de el en su portátil.
El asesinato de Foley, que se conoció este mes cuando los yihadistas publicaron el vídeo de su decapitación, ha sacudido la opinión pública estadounidense e incrementado la presión al Gobierno de Obama para que intervenga en Siria de la misma manera que lo ha hecho en Irak para frenar a los yihadistas.
El EI aseguró que la muerte de Foley es una consecuencia directa de los ataques selectivos de Estados Unidos sobre sus posiciones en Irak.
En ese mismo vídeo los yihadistas amenazaron con matar a otro periodista estadounidense, Steven J. Sotloff. Al menos otros dos estadounidenses permanecen secuestrados por este grupo.