Miguel Carcaño, el asesino de Marta del Castillo, cambia de cárcel. De la prisión de Morón de la Frontera (Sevilla), donde se dijo que disponía de televisión de plasma, piscina, videoconsola y zonas ajardinadas, a un centro penitenciario que se construyó como de máxima seguridad en los años 80 para concentrar el colectivo de presos etarras: se trata de la cárcel de Herrera de la Mancha, en Manzanares (Ciudad Real).
Según cuentan en ACAIP, el colectivo que agrupa a profesionales de las prisiones, Carcaño coincidirá en este centro penitenciario con Miguel Ricart, el único condenado por el triple crimen de las niñas de Alcàsser, y con Daniel Galván, el pederasta que recibió el indulto de Marruecos pero que después se revocó y que ahora está siendo investigado por otro delito sexual.
«Es un centro con unas instalaciones un poco obsoletas, pero concebido como de máxima seguridad porque acogió a presos etarras peligrosos. Ahora, se está especializando en asesinos y delincuentes de menores, porque tiene personal con más experiencia en este campo», explican fuentes de ACAIP, la agrupación de profesionales de prisiones.
La cárcel Herrera de la Mancha tiene una superficie de 20.000 metros cuadrados, dispone de 260 celdas más otras 37 extra, gimnasio y salas comunes, y tiene capacidad para alrededor de 500 internos. En la actualidad, no tiene problemas de masificación.
Según cuenta Infoprision, los patios y pasillos tienen pintados caminos de colores que en su día se utilizaron con el fin de marcar los recorridos de los internos. Los patios son de dimensiones reducidas, diseñados para crear una sensación de mayor presión psicológica sobre el interno. Las celdas no sobrepasan los siete metros cuadrados, están compuestas por dos literas de máximo y hay un tabique para separar el inodoro y el lavabo. Las duchas están situadas al lado de los patios.
Cuando se construyó este centro penitenciario, se consideraba de máxima seguridad por la peligrosidad de los internos y la alta vigilancia por parte de los profesionales de prisiones. «Ahora no hay cárceles de máxima seguridad. Todas son iguales», comentan en Instituciones Penitenciarias, que aseguran no tener luz verde para confirmar el traslado de Carcaño a la cárcel de Herrera de la Mancha. La agencia Efe informa de que el asesino de Marta ya ha sido conducido desde la prisión de Morón a este centro.
El juzgado de Vigilancia Penitenciaria ha acordado mantener el segundo grado a Miguel Carcaño, rechazando la decisión de Instituciones Penitenciarias de clasificarlo como primer grado, un nivel de régimen cerrado para presos peligrosos o que no se adaptan al régimen ordinario.
El segundo grado permite a Carcaño acceder a permisos de salida los fines de semana a partir de finales de 2014. Al menos, así lo establece la ley, que señala que los internos que hayan cumplido una cuarta parte de la condena, podrán solicitar estos permisos. Otra cosa es que se concedan, cuya última palabra la tiene el juzgado.
Tiene complicados los permisos porque el caso no está cerrado
La posibilidad de que Carcaño pueda obtener salidas a partir de 2014 causa dolor a la familia de Marta. Pero los padres confían en que ante la petición de permisos, la autoridad judicial tendría en cuenta el comportamiento de Carcaño, que ha dado hasta siete versiones sobre el crimen, y el cuerpo no se ha localizado. Así lo explica la abogada de la familia, Inmaculada Torres: «El caso no está cerrado, es una herida abierta. Seguramente, el juez tendrá en cuenta si se ha localizado el cuerpo o no, y la conducta de Carcaño».
La letrada recuerda que el segundo grado no es definitivo. Cada seis meses se revisa el régimen de Carcaño, teniendo en cuenta su comportamiento y si se ha arrepentido o no del delito y colabora con las autoridades.
En todo caso, si el juzgado le concediera permisos, no podría disfrutarlos en Sevilla, ya que la condena le prohibió estar en la ciudad donde reside la familia de la víctima por un periodo de 30 años.
Miguel Carcaño, condenado a 21 años de cárcel por asesinar a Marta el 24 de enero de 2009, acabará de cumplir su condena el 8 de mayo de 2030. Cuando salga de la prisión, tendrá 41 años pero no podrá vivir en Sevilla hasta el año 2043.