El Ministerio de Asuntos Exteriores de Rumanía confirmó hoy que los ocho fallecidos ayer en el accidente de tráfico de Cox (Alicante) son rumanos y están verificando la «hipótesis» de que hubiera una novena persona a bordo de la furgoneta siniestrada.
«En este momento ha finalizado el procedimiento de identificación de los ocho ciudadanos rumanos muertos en el accidente que tuvo lugar en la autopista AP-7», indicó Exteriores en un comunicado.
La identificación se produjo gracias a la información ofrecida por los familiares y a las comprobaciones llevadas a cabo en el aeropuerto de Valencia, donde se disponían a tomar un vuelo de la compañía de bajo coste Wizzair a las 21.40 horas con destino al país balcánico, agrega la nota.
Una delegación consular de Castellón y otra de la agregaduría de Interior de la Embajada de Rumanía en Madrid se desplazaron ayer al lugar del siniestro y al tanatorio de Alicante que acogió los cuerpos para atender a los familiares y prestar su colaboración en la repatriación.
El Ministerio de Exteriores agregó que se está comprobando la «hipótesis» de la existencia de una novena persona a bordo, que sería el conductor de la furgoneta, y que se habría arrojado del vehículo o habría salido despedido por el impacto.
«Los representantes de la Embajada de Rumanía en Madrid y el Consulado de Castellón, en colaboración con las autoridades españolas, verifican la hipótesis de la existencia de una novena persona, que sería el conductor, sobre el que los familiares de las víctimas sostienen que se hallaba en la furgoneta», precisa el comunicado.
Según la cadena de televisión rumana Digi24, las víctimas son de localidades cercanas a la ciudad de Timisoara, en el oeste de Rumanía.
Además, añadió que cuatro de los fallecidos pertenecían a una misma familia y que los dos niños muertos tenían 6 y 9 años.
El accidente tuvo lugar a las 16.40 horas en el punto kilométrico 543, a la altura del municipio de Cox, cuando un camión invadió la parte izquierda de la calzada y colisionó con la furgoneta.
El choque provocó explosiones y las llamas calcinaron los cuerpos de los ocho rumanos: tres hombres, tres mujeres y un niño y una niña.