La milicia islamista Boko Haram secuestró a 60 mujeres y niñaEjército anunciara un alto el fuego y la liberación de 200 niñas.
s en dos localidades del Estado de Adamawa, en el norte de Nigeria, después de que elCerca de 40 mujeres fueron capturadas en Waga Mangoro y otras 20 fueron secuestradas en Garta por supuestos miembros de Boko Haram, que llegaron armados en motocicletas a ambas localidades el pasado sábado.
Solo un día antes, el Ejército nigeriano había anunciado un acuerdo para el cese de hostilidades con los radicales islámicos, que preveía también la «inminente» liberación de las más de 200 niñas secuestradas hace seis meses en un colegio de Chibok, algo que tampoco se ha producido.
«Llegaron numerosos insurgentes armados, fueron matando a todos los hombres y niños que encontraron mientras iban de casa en casa y secuestraron a mujeres y niñas», relató a Efe en conversación telefónica Kuva Azira, uno de los vecinos que logró escapar con vida de Garta.
«Antes de que pudiera escapar, creo que más de 20 mujeres habían sido secuestradas», dijo, en relación a un ataque que se ha conocido días después por tratarse de dos comunidades muy remotas. Otro residente, Kwada Tizhe, apuntó que los terroristas se llevaron de Waga Mangoro a otras 40 mujeres y niñas.
Ni el Gobierno federal ni el regional, tampoco el Ejército, se han pronunciado sobre este nuevo secuestro.
El portavoz del Gobierno de Adamawa, Phineas Elisha, indicó a los periodistas que todavía no han podido confirmar el número de secuestradas porque ambas comunidades se encuentran bajo el control de Boko Haram. «En este momento, no podemos confirmar el número exacto…pero estamos muy preocupados por la situación», dijo.
La violencia no cesa
Anoche, cinco personas murieron y otras doce resultaron heridas por la explosión de una bomba en la estación de autobuses de la localidad de Azare, en el estado de Bauchi, uno de los más castigados por la violencia de Boko Haram.
Estos ataques, sumados a la violencia registrada el pasado fin de semana en Borno, ponen cada vez más en duda la veracidad del alto el fuego anunciado por el Ejército.
Además, la Cámara de Representantes aprobó ayer la petición del presidente nigeriano, Goodluck Jonathan, de destinar 1.000 millones de dólares a la compra de equipos militares para luchar contra Boko Haram, informó el diario «Premium Times».
Anuncios inciertos
No es la primera vez que las Fuerzas Armadas nigerianas anuncian un alto el fuego con el grupo terrorista que ha resultado ser incierto. También han anunciado en tres ocasiones la muerte de su líder, Abubakar Shekau, quien a principios de este mes volvió a reivindicar que estaba vivo a través de un vídeo.
Boko Haram, cuyo nombre significa en lenguas locales «La educación no islámica es pecado», mantiene una sanguinaria campaña en el país que ha costado la vida a más de 3.000 personas en lo que va de año, según datos del Gobierno nigeriano.
El reflejo del EI en África
En los últimos meses, Boko Haram ha endurecido su cruzada de terror en el norte de Nigeria con centenares de asesinatos y la ocupación de territorios para declarar un califato islámico, un nuevo rumbo que sigue el reflejo del grupo yihadista Estado Islámico (EI)
Al mismo tiempo que el EI cobraba visibilidad convirtiéndose en una de las amenazas internacionales más temibles por la brutalidad de sus acciones, con las que ha tomado el control de un amplio territorio de Irak y Siria, Boko Haram lanzaba una nueva campaña repleta de similitudes.
«La decisión de Boko Haram de apoderarse de territorios y declarar un califato es la indicación más clara hasta ahora de que el grupo se ha vinculado, ya sea física o ideológicamente, con los yihadistas del EI», explicó a Efe el analista político nigeriano Olu Ajayi.
Aunque Boko Haram siempre se ha caracterizado por la exacerbada violencia de unos ataques indiscriminados contra la población, ahora actúa con un objetivo claro: tomar pueblos y ciudades para izar su bandera y declarar un califato islámico en los territorios capturados.
Hasta el momento, más de 15 localidades del norte del país están bajo el control de los terroristas tras haber asesinado a centenares de personas -en su mayoría cristianas-, lo que supone su primer paso en firme para lograr el objetivo de implantar el estado islámico en el país.