Andrés Rabadán, el llamado Asesino de la Ballesta, fue detenido en 1994 cuando tenía 19 años, por matar a su padre clavándole cuatro flechas. Antes de su arresto también causó el descarrilamiento de tres trenes, aunque no causó víctimas.
Nacido en 1973 en Premià de Mar (Barcelona), Rabadán fue detenido en 1994 por matar de cuatro flechazos a su padre porque el vaso de leche que le dio no estaba a su gusto y, tras su arresto, confesó a la policía haber provocado los descarrilamientos de trenes en la comarca del Maresme.
Diagnosticado con una esquizofrenia delirante paranoide, el tribunal le consideró imputable, pero le condenó a 20 años de internamiento psiquiátrico. Se le ingresó en una cárcel, pero al no ser considerado preso, no pudo acceder al régimen penitenciario.
Tras ser condenado de nuevo en 2004 a tres años de prisión por la Audiencia de Barcelona por su tercer y último intento de fuga de la cárcel, y de nuevo condenado en 2007 a año y medio de prisión por amenazar por carta con violar una enfermera de la prisión de Quatre Camins.
En un documental titulado El perdón, estrenado en 2009, el realizador Ventura Durall indagó en la vida y la personalidad de este joven, y el propio Rabadán se mostraba arrepentido del crimen: «Disparé varias flechas para que no sufriera, porque yo lo quería. Me cuesta mucho explicar lo que sentí. Estoy seguro de que si existiese otra vida, mi padre me perdonaría sabiendo todo el mal que había hecho a mi familia», declaró.