«Hola. He decidido contar mi historia de nunca acabar». Así comienza la narración de la trágica historia de Amanda Todd, una niña que con tan sólo 15 años se ha suicidado después de vivir un infierno que ha durado tres años. Todo comenzó cuando la joven decidió hacer amigos nuevos a través de internet. Contaba sólo con 12 años, y entonces se topó con el acosador que la ha llevado a la muerte.
Porque Amanda se dejó engañar y su acosador consiguió lo que quería: una foto de la niña enseñando su pecho. Y entonces, al año, él regresó: «Recibí un mensaje de él en Facebook. Me dijo que si no hacía un show opara él, enviaría a todo el mundo la foto de mis »tetas». Sabía mi dirección, mi colegio, los nombres de mi familia, cuáles era mis amigos…».
Y entonces, la joven sufrió una crisis de ansiedad y una depresión que la llevaron a las drogas y al alcohol. Una dura situación para una edad tan corta. El 10 de cotubre, tres años después de la primera foto que Amanda se hizo para su acosador, se suicidó. Por el momento no ha trascendido la forma en que lo hizo (ya lo había intentado con lejía y cortándose las venas).
Consultada por Teinteresa, la portavoz de la Policía Montada de Canadá Laurence Trottier ha rehusado dar cualquier información acerca de los resultados de la autopsia o del curso de las investigaciones y se limita a las notas oficiales. Esto es, que no se aprecia indicio de hecho delictivo en la muerte de Amanda y que, por el momento y a pesar de algunas informaciones de las últimas horas, aún no se ha identificado al acosador de la niña.
Lloraba todo el día y se quedó sola
La historia de Amanda acaba siendo la de una niña sola, triste, desgraciada y sin amigos. Ella cuenta en el vídeo que sus amigos le dieron la espalda y que tuvo que cambiar de colegio. Al poco tiempo, Amanda comenzó a hablar con un viejo amigo que tenía novia, pero él le dijo que le gustaba y «me dejé llevar. Me dijo que hiciera de su novia durante las vacaciones, y lo hice. Gran error… él sólo quería propasarse, sólo quería sexo. Pensé que le gustaba».
Entonces, Amanda fue agredida físicamente. La hicieron salir de clase y allí estaban esperándola la novia de este chico y 15 personas más, entre ellas el chico. Le dijeron que nadie la quería, la golpearon, la insultaron… Fue la gota que colmó el vaso. Amanda decidió volver a intentar el suicidio de nuevo, y el 10 de octubre se quitó la vida.
Ahora, la Policía trata de localizar al acosador a la vez que desmiente, asimismo, que por la red estén circulando unas fotos de la autopsia de la niña.
Su muerte ha dado lugar a debates en los colegios, en los medios, en los círculos políticos y en las mesas familiares de todo el país sobre cómo mantener seguros en línea a los jóvenes con vastos conocimientos informáticos pero con insuficiente experiencia de vida -una combinación que hace difícil para ellos evaluar los riesgos e imaginar consecuencias futuras-.
La primera ministra de Columbia Británica, Christy Clark, llegó aún más lejos al llamar a penalizar el acoso cibernético. Mientras tanto, una página de Facebook creada en memoria de Todd, que anhelaba un círculo de amigos cuando estaba viva, ha reunido casi un millón de «Me gusta».