Pilar Muñoz-Calero, presidenta de la Fundación Alborada, ha pedido al ministerio de Sanidad más información sobre los componentes tóxicos que tienen algunos perfumes y productos de higiene y que pueden perjudicar la salud del ser humano. La presidenta ha asegurado que algunos perfumes tienen almizcles sintéticos que pueden provocar alergias o dolores de cabeza, y también ftalatos, responsables de la esterilidad y de daños en el hígado.
El problema radica, señala la experta, en que los fabricantes calculan la mínima dosis de estas sustancias pero no calculan las reacciones con otros componentes también tóxicos. De esta forma, lamenta que «el ser humano se haya convertido en un »conejillo de indias» y que hasta que un producto no provoca daños en la persona no se retire del mercado».
«En el tabaco no se ha tardado en tomar medidas», ha señalado, en referencia a las advertencias sanitarias incluidas en los paquetes de cigarrillos. Por este motivo, la presidenta de la Fundación Alborada ha demandado que, «al igual que los medicamentos siguen ensayos clínicos, vienen con prospectos sobre su utilización y sus consecuencias», los productos de higiene o dermatológicos incluyan toda esta información y haya más precaución en este campo.
La experta ha considerado que la población todavía no está concienciada con esta problemática y, por ello, no busca «alternativas naturales» como la cosmética natural. En este sentido, ha informado de que su fundación ha elaborado una lista con lugares declarados libres de fragancias en distintos lugares del mundo.
Sensibilidad química múltiple
La presidenta de la fundación ha informado de que la Sensibilidad Química Múltiple, enfermedad aún no reconocida en España, supone «la pérdida de tolerancia a muchas sustancias potencialmente tóxicas» que se encuentran en productos cotidianos y que, «a dosis mínimas, provocan reacciones leves y severas».
Asimismo, ha reconocido los pasos que se están dando en España para el reconocimiento de la sensibilidad química múltiple como enfermedad. «El Ministerio de Sanidad ha puesto encima de la mesa la posibilidad de reconocimiento», ha añadido la experta, a la par que mostraba su esperanza en que se reconozca entre los profesionales de que se trata de una enfermedad física no psicológica, «como se ha dicho en alguna ocasión».
No obstante, ha lamentado que, en la actualidad, todavía esta dolencia no sea tratada en la sanidad pública. Por ello, ha demandado que los profesionales estén formados para poderla abordar adecuadamente.
En relación a los desencadenantes de esta patología, Muñoz-Calero ha aludido al sistema inmunológico de cada individuo o, incluso, a la carga tóxica que vivió la persona cuando estaba en el útero materno.
Por último, la experta ha denunciado el aumento del impacto de la sensibilidad química múltiple en la población, al pasarse del 1% a cerca del 15, en sus diferentes grados de impacto.