En concreto, la presidenta de FECMA, María Antonia Gimón, ha llamado a impulsar «estrategias que promuevan cambios culturales en el entorno laboral y en las entidades encargadas de definir las políticas sociales, salariales y de empleo para modificar actitudes culturales que se encuentran en la base de la discriminación y que representan el obstáculo más real y evidente para avanzar en la igualdad».
Para Gimón, esta situación de desigualdad se podría eliminar «favoreciendo un clima sensible a la situación de las afectadas que, a veces, se pueden solucionar asignándoles nuevas responsabilidades que no requieren esfuerzos físicos»
«Rechazamos la compasión y no reclamamos privilegios o alteraciones en el normal funcionamiento de la organización de los centros de trabajo, sino que planteamos la aplicación de la lógica y la necesaria adaptabilidad en estos casos», concluye.